La relación entre hermanos es un entrenamiento para las relaciones futuras que van a tener los niños con sus amigos o pares. Siempre será positivo cuando exista la orientación de un adulto. Así se lo recuerda la psicóloga educacional Giannina Cuba a los padres que le piden orientación ante los celos entre sus hijos.
Para Cuba “es algo normal que haya competencia entre hermanos, pues al final lo que prima es el amor”. Sin embargo, dijo que estos problemas vienen por el mal manejo del adulto que potencia las rivalidades fraternas que son sanas y que se dan en el día a día.
Un error común de los padres es sobre proteger al hermano menor y al mayor darle el rol de ser el ejemplo y de no poder fallar. “Cuando hay diferencia de edad, el hermano mayor suele encargarse del pequeño y cuando pasa algo la responsabilidad es del más grande, aunque haya sido travesura del menor”, dijo.
Otra problema en la crianza de los hijos es marcar las diferencias. “A veces hay hijos muy distintos, uno puede ser muy extrovertido y el otro introvertido. A los padres esos polos los confunden y en el fondo no les gusta aceptar esas diferencias”, advirtió.
Si detecta rivalidad entre hermanos por sus diferencias, Cuba recalcó el manejo de los padres para reconocer y potenciar las cualidades del hijo que se siente menos importante. “Hay padres que sin darse cuenta hacen mucha fiesta al hermanito que hace más gracias y al otro que es ordenado o buen deportista no”, expresó.
“Acepten a cada hijo como especial y único, eviten compararlos, no pongan al otro hermano de ejemplo como cuando saca mejores notas y buscan que el otro también saque una calificación similar. Conozcan bien a sus hijos, pues para llegar a cada uno tendrá que hacerlo de manera diferente”, explicó
Acompañar al hermano mayor
Hay niños más sensibles o susceptibles que experimentan que pierden el trono con la llegada del hermano menor, sin que esto sea fomentado necesariamente por los padres. “Se trata de entender que es un proceso, pues ahora hay un cuarto miembro en la familia que necesita tiempo y demanda atención”, comentó.
“Un niño de tres años que antes dormía en su cama y ahora se pase a la de los padres, que no controla esfínteres cuando antes pedía para ir al baño, que está más irritable o hace pataletas sin motivo son algunas reacciones normales con la llegada de un hermanito", explicó Cuba.
Conforme el hermanito menor crece, va haciendo gracias, llama la atención de las otras personas y puede haber celos por parte del hermano mayor. Por ello señaló que es importante potenciar la ubicación de hermano mayor, el rol que va ocupando y el cambio en la dinámica familiar.
Cuba enfatizó que si la madre percibe al papá más cerca del hijo y no a la hija, debe mediar y hacer ver al otro lo que está pasando. La mamá no debe cubrir el vacío o distancia entre el padre e hijo, sino ayudarlo a que fortalezca los lazos promoviendo actividades para que compartan más tiempo juntos.
Tenga en cuenta
- La noticia de que viene el hermanito debe darse cuando la barriga de la mamá ya se nota para que el hermano mayor pueda visualizarlo y entienda.
- Que el hermano mayor pueda participar no solo de los cambios en el cuarto del bebé sino también ayudar en su cuidado según la edad del niño para evitar que se sienta desplazado.
- Que el padre tenga un rol activo con el hermano mayor encargándose de distraerlo mientras la mamá atiende al bebé.
- Recomiendan que durante los primeros meses del bebé, se puedan cubrir las tardes libres del hijo mayor con actividades extra académicas o invitar amigos a la casa a jugar y cuando el bebé duerma, la mamá aproveche el tiempo para compartir con su hijo.
- Si hay algún tipo de rivalidad entre hermanos pequeños y no son bien manejadas, los problemas pueden exteriorizarse de adolescentes.
RPP