El desplome de Bankia se acelera. Cuando no han transcurrido aún dos semanas desde el anuncio de la dimisión de Rodrigo Rato como presidente, las acciones encadenan 10 sesiones consecutivas a la baja. De todas ellas, la mayor caída está siendo la de hoy, en la que los títulos han llegado a perder más del 29%, hasta los 1,171 euros. Las acciones han recuperado luego una parte de lo perdido y la caída se ha situado algo por debajo del 20% hacia la una de la tarde, hora peninsular española.
Una portavoz de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha informado de que el supervisor "no suspende un valor porque suba o baje, sino porque haya una información no difundida de forma simétrica y, por tanto, algunos inversores estén en una situación de privilegio por su acceso a ella", informa Isabel Lafont. En este caso, según el organismo, lo que hay es mucha especulación, pero considera que todos los inversores tienen acceso a la información como tal y pueden comprar o vender con libertad.
Los pequeños inversores que acudieron a la oferta pública de suscripción por medio de la cual Bankia salió a Bolsa hace menos de un año y que conserven sus títulos, acumulan ya pérdidas cercanas al 70% (del 68,8% entre su a 3,75 euros estreno y los 1,17 euros de esta mañana). Con este correctivo, el valor total de Bankia en Bolsa ya es inferior a los 3.000 millones que esos inversores pusieron, sin contar siquiera la inyección posterior de fondos procedentes de los titulares de participaciones preferentes. Eso quiere decir, bajo la hipótesis de que el dinero inyectado se valore igual, que los inversores conceden un valor negativo al negocio que Bankia sacó a Bolsa.
Cerca de 400.000 inversores acudieron a comprar acciones de Bankia, la mayor parte de ellos clientes de la propia entidad, que planteó a sus oficinas objetivos muy ambiciosos de captación de peticiones. Ahora, el desplome bursátil ha generado malestar entre parte de la clientela e intranquilidad en muchos ahorradores, lo que se está traduciendo en retiradas de depósitos de la entidad.
El valor de Bankia en Bolsa se sitúa en torno a los 2.700 millones de euros, lejos de entidades mucho más pequeñas como el Banco Popular o el Sabadell, que rondan los 3.500 millones de capitalización bursátil. Ni siquiera las fuertes compras de acciones propias realizadas por la entidad para intentar frenar su desplome han podido evitar el hundimiento.
Bankia no ha sido por ahora nacionalizada directamente, puesto que el que ha pedido la entrada del Estado en su capital es el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz del grupo. Sin embargo, las exigencias de nuevas provisiones para el crédito clasificado como teóricamente sano obligarán a la propia Bankia, que hasta ahora carecía de ellas, a pedir ayudas públicas.
Los inversores esperan además que la reformulación de las cuentas de 2011 por parte de los nuevos gestores suponga aflorar pérdidas multimillonarias al reclasificar parte del crédito normal como dudoso o subestándar, lo que exigirá fuertes provisiones. La pérdida de valor de las participadas y las dudas sobre los créditos fiscales también pueden afectar a las cuentas de la entidad. A eso se suma la necesidad de hacer frente a las nuevas provisiones exigidas por la reforma financiera del Gobierno de Rajoy.
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