Investigadores del Brigham and Women's Hospital de Boston (Estados Unidos) han descubierto que la capsaicina, componente del chile responsable de la sensación de ardor que suele provocar la salsa picante, puede ser clave para reducir la grasa abdominal visceral conocida comúnmente como «barriga cervecera».
Así se desprende de un estudio que publica en su último número la revista Digestive Diseases and Sciences, que ha probado la eficacia como tratamiento bariátrico de la vagotomía y la desaferentación vagal, que utiliza este compuesto.
La vagotomía consiste en extraer el nervio vago, que envía información entre el intestino y el cerebro, mientras que el segundo procedimiento, que también implica el nervio vago, consiste en utilizar la capsaicina para destruir sólo ciertas fibras nerviosas en lugar de eliminar por completo el nervio.
En concreto, acaba con aquellas fibras nerviosas que llevan señales desde el intestino al cerebro, dejando intactas las fibras nerviosas que envían señales en la dirección opuesta, desde el cerebro hasta los intestinos.
Menos grasa corporal
Después de probar las dos cirugías en el laboratorio, los investigadores encontraron que la vagotomía reduce significativamente la grasa corporal, incluida la grasa abdominal visceral o «barriga cervecera », como la han llamado los propios autores, un marcador importante de la obesidad que también ayuda a predecir enfermedades asociadas, como la diabetes.
Por su parte, la desaferentación vagal también mostró una reducción de dichas grasas de forma notable, pero en menor grado. «La reducción de la grasa visceral es particularmente importante», ha explicado Ali Tavakkoli, autor del estudio. La ventaja de esta última, no obstante, es que está asociada a una menor incidencia de efectos secundarios.
Los investigadores han reconocido que aún queda trabajo por hacer para corroborar si estas cirugías se pueden utilizar en los seres humanos, y si la capsaicina puede ser aplicada directamente a las fibras vagales humanas como parece prometer el estudio. «Como la demanda de cirugías para perder peso y la obesidad están aumentando, será necesario el uso de procedimientos cada vez menos invasivos», ha apuntado Tavakkoli.
ABC