EFE).- La historias de una niña de cinco años y de una mujer de 79 que sobrevivieron a los daños causados por la explosión del sábado en la refinería venezolana de Amuay se cuentan entre los “milagros” en medio de esa tragedia que de momento se salda con 48 muertes.
Anizabeth, de 5 años, se recupera en un hospital tras sufrir una fractura de cráneo al ser golpeada por parte del techo que le cayó encima como consecuencia del estallido en la refinería de Amuay, en Punto Fijo, en el noroeste de Venezuela, que explotó en la madrugada del sábado por un escape de gas y provocó derrumbes en las viviendas de los alrededores.
“El mismo asbesto le pegó en la cabeza, le fracturó el cráneo”, declaró a Efe su tía Lilibeth Irausquín, quien aseguró que la madre de la niña, que hace apenas 15 días fue sometida a una cesárea, también debió ser internada después de que cedieran los puntos de sutura.
Lilibeth describió a su sobrina, quien se recupera de una intervención en el hospital del seguro social “Rafael Calles Sierra”, como “fuerte”.
“Los doctores dicen que es una niña fuerte, porque ella entró caminando”,comentó esta mujer, e indicó que el personal médico, militares y representantes del Ministerio Público están “sorprendidos” porque la niña “nunca perdió la conciencia”.
Consideró lo ocurrido como un “milagro” y agradeció que ahora su sobrina y hermana permanecen en una misma habitación mientras se recuperan aunque hacia el futuro desconocen dónde vivirán, pues ya no podrán volver a la casa que compartían junto al padre, hermanos y abuela, quien hace dos años sufrió un accidente cardiovascular.
Otra historia similar la protagonizó una mujer de 79 años, habitante en una avenida principal de Punto Fijo, que pasa frente a la refinería y que quedó bajo los restos de su casa.
Aurelio Goncalves, su hijo, contó a Efe que la mujer se repone en una clínica.
“Se salvo de milagro”, señaló cuando intentaba llegar a la casa en la que aseguró su mamá vivía desde hacer más de 40 años y de la que hoy solo queda la mitad en pie.