Autoridades del Ministerio para la Salud confirmaron este viernes que hay cuatro estados en el país con brotes epidemiológicos de dengue: Lara, Portuguesa, Barinas y Trujillo. También se ha detectado un brote en la zona este de Miranda y alerta en Cojedes, Yaracuy y Mérida.
"Es preciso aclarar que en este momento no podemos hablar de epidemia de dengue en el país, sino de una situación puntual en cuatro estados, cuyo número de casos está por encima de lo esperado. Y aún dentro de esos estados, se trata de áreas específicas, no es ni siquiera en toda la entidad", puntualizó la viceministra de Redes de Salud Colectivas, Miriam Morales, en entrevista con AVN.
Desde el 1º de enero hasta la semana epidemiológica seis, que culminó el pasado 9 de febrero, se registraron 6.185 casos en todo el país, de los cuales 328 clasifican dentro del tipo hemorrágico.
Ya se contabilizan siete muertes en el país por esta enfermedad. Pese a esa cifra el índice de letalidad, que relaciona el número de muertes por cada 100 casos registrados, continúa por debajo de 0, explican las autoridades.
"Creemos que este porcentaje de letalidad ha bajado en la medida que cada familia tiene a su disposición más médicos y centros de atención cerca de su casa. En el caso del dengue, se pueden salvar más vidas a nivel de atención primaria que especializada", destacó la viceministra Morales.
Se habla de brote o epidemia cuando en una localidad geográfica específica (municipio, estado, parroquia) el número de casos sobrepasa lo esperado, en comparación con los mismos períodos medidos en años anteriores.
En este caso, el período corresponde a las primeras seis semanas del año. El término brote aplica para localidades más pequeñas y epidemia para extensiones territoriales más grandes.
Desde el 1º de enero hasta la semana epidemiológica seis, que culminó el pasado 9 de febrero, se registraron 6.185 casos en todo el país, de los cuales 328 clasifican dentro del tipo hemorrágico.
Las estrategias continúan ponderando la información masiva sobre el punto neurálgico del problema: los criaderos.
"Seguimos trabajando con la población para controlar los criaderos. Las personas deben saberlo, los medios de comunicación deben insistir, las fumigaciones sólo acaban con el zancudo, pero ahí no se resuelve el problema; luego de expandir el humo, en unos tres días habrá zancudos otra vez. Esto requiere una estrategia combinada con fuertísima participación comunitaria", advirtió Morales.
Más vale la organización que mil cuadrillas fumigando
El dengue es una enfermedad infecciosa, transmitida por un mosquito, el Aedes Aegypti, que genera la inoculación del virus tras picar a una persona enferma y luego a otra sana. A su vez, el mosquito se reproduce cuanto más charcos y depósitos de agua limpia tenga a disposición para poner sus larvas.
"Son condiciones especiales de clima, temperatura, humedad del aire, cantidad de lluvia. Además, el manejo de aguas en reposo dentro de los hogares suele ser inadecuado. Es un problema doméstico, la mayoría de los casos se originan en criaderos que se hallan en las viviendas", señaló José Manuel García, director nacional de Epidemiología.
Una sola vivienda puede tener hasta 100 potenciales criaderos de zancudos patas blancas, desde una chapa de refresco, hasta canales, bebederos de animales, cauchos, materos y tanques descubiertos.
Síntomas y recomendaciones
Existen cuatro serotipos del virus del dengue: 1, 2, 3 y 4. La primera vez que una persona es contagiada por cualquiera de estos cuatro virus, adquiere el dengue clásico, que se manifiesta con aumento rápido de la temperatura, escalofríos, dolor de cabeza muy fuerte, dolor en los ojos y musculares, y algo parecido a un salpullido en tronco, brazos y piernas. Estos síntomas se empiezan a notar entre los cinco y ocho días después de la picadura y pueden durar de tres días a una semana.
Una persona que sufre dengue clásico no vuelve a padecer el mismo virus, pero sigue expuesta a los demás serotipos, que mutan hacia el dengue hemorrágico.
La persona infectada con dengue hemorrágico también lo somatiza con fiebre repentina y muy alta, que puede durar de 2 a 7 días, pero además con sangrado en diferentes partes del cuerpo, dificultad para respirar, vómito, alteración en la presión sanguínea, palidez, sudoración y mucho sueño. Este virus puede causar la muerte.
Las recomendaciones médicas ante estos cuadros insisten en evitar la automedicación, más allá de procurar bajar la fiebre con acetaminofén e ingerir abundante líquido para prevenir la deshidratación, mientras se recurre a un centro asistencial. Ciertos fármacos, como la aspirina y los antinflamatorios pueden provocar hemorragias y complicar aún más la situación.
avn