Entre gatos y pistas falsas, apasionado de informática nipón trae de cabeza a policía y FBI
Encontrar a un gato con un collar rosa y una tarjeta de memoria en la isla de Enoshima fue la última misión que un "otaku" (apasionado de la informática), que trae de cabeza a la policía japonesa y al FBI estadounidense, encargó a las fuerzas de seguridad niponas.
Desde el primer momento los medios disfrutaron con el caso. El hombre "otaku" (apasionado de la informática, el manga, la animación, los videojuegos...), que lo sabía, les involucró en su "juego de rol".
A principios de enero, periodistas, abogados y otros destinatarios recibieron una "carta de misión" con varios enigmas a resolver, entre ellos el de encontrar en la isla de Enoshima, cerca de Tokio, un gato con collar rosa al que ató una tarjeta de memoria con el archivo de un virus y una explicación de los motivos del autor de estos mensajes.
La policía tardó varias horas en encontrar al animal y analizar una nota que decía: "un caso anterior me cambió la vida".
Las cámaras de vigilancia de la isla grabaron las imágenes de un individuo que estaba cerca del gato y le sacaba fotos, lo que permitió a la policía llegar el 10 de febrero hasta Yusuke Katayama, de 30 años, sospechoso de ser "el hombre que controla ordenadores a distancia gracias a un virus informático".
Previamente la policía ya había investigado pacientemente emails y otras huellas dejadas en internet y detuvo sucesivamente a cuatro personas de manera equivocada. Toda resultaron ser pistas falsas que confundieron a los investigadores.
Sin embargo, estas cuatro personas tenían un punto en común: sus ordenadores fueron infectados en un foro por un virus que permitió al "maestro" controlarlos a distancia.
Es en este punto donde el caso adquiere una dimensión internacional y el Federal Bureau of Investigation (FBI, policía federal estadounidense) entra en escena, ya que el servidor que alberga el foro en cuestión, "2-Channel", se encuentra en Estados Unidos. La particularidad de este foro es que todos los participantes intervienen de manera anónima, bajo el seudónimo de "Mr. sin nombre".
Desesperada, la policía llegó a ofrecer en diciembre 3 millones de yenes (25.000 euros) para obtener información que permitiera atrapar al culpable.
Acosado por los medios antes incluso de su detención, Katayama es descrito como un otaku adepto a un "cibercafé" de Akihabara, un barrio de Tokio, así como a los "cafés de gatos", lugares de moda donde los clientes, entre los que hay muchos hombres solitarios, acuden a acariciar a estos animales.
Él, que dice ser inocente, se niega a responder a los investigadores, mientras que su abogado y algunos periodistas alertan del error judicial.
AFP