Un estudio reveló que los refrescos y zumos azucarados son los causantes de más de 180.000 muertes anuales, los fallecimientos se deben a diabetes, cáncer y patología cardiovascular. El mayor consumo e impacto se produce en países en vías de desarrollo.
Pues bien, tras analizar esos datos y el consumo global de refrescos y zumos azucarados, estos investigadores estiman que la ingesta de estos líquidos está asociada a 180.000 muertes anuales, de las que 133.000 se deben a diabetes, 44.000 a enfermedades cardiovasculares y 6.000 a cáncer.Investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en Boston (EE UU), analizaron los datos de una gran investigación, denominada Estudio de la Carga Global de Enfermedad en 2010, que trata de evaluar las enfermedades, sus causas y la mortalidad de zonas del planeta a las que habitualmente no se les hace mucho caso.
“El elevado contenido en azúcares sencillos sería el responsable del exceso de ingesta energética en quienes abusan de estas bebidas, por lo que los consumidores conscientes de su tendencia a engordar debieran considerar las posibilidades alternativas de ‘contenido reducido o light’, o incluso la declaración de ‘bajo en azúcares’ o ‘sin azúcares’”, explicó Andreu Palou, catedrático y director del Laboratorio de Biología Molecular, Nutrición y Biotecnología de la Universidad de las Islas Baleares y del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Obesidad y Nutrición (Ciberobn).
Entretanto, la Asociación Americana de Bebidas, ha hecho público un comunicado que va en la misma línea que adelanta el experto español y señala que este trabajo es “más sensacionalista que científico. No muestra que las bebidas azucaradas causen enfermedades crónicas como diabetes, patología cardiovascular o cáncer”.
Pero Gitanjali M. Singh, de la Universidad de Harvard y principal responsable del estudio, ya adelanta que no se quedará en estos datos. “Este estudio está centrado en muertes por patologías crónicas y en adultos. En la próxima investigación deberíamos evaluar este consumo en niños en todo el mundo y ver cómo les afecta a su salud en la actualidad y en un futuro”.
Con información de ElMundo.es