La industria alimentaria tendrá que costear el grueso de plan internacional
El Gobierno quiere internacionalizar el sector alimentario pero siempre que los fondos los aporten las propias empresas. El plan del sector alimentario, que presentarán hoy los ministros de Agricultura, Miguel Arias Cañete y el de Economía, Luis de Guindos, contiene una serie de líneas generales de actuación: más coordinación entre todas las administraciones públicas, colaboración con las organizaciones sectoriales, simplificación de los trámites administrativos; mayor información sobre los mercados internacionales y formación de empresarios; apoyo a la presencia en las licitaciones exteriores y eliminación de barreras arancelarias y de otro tipo para erradicar la competencia desleal en terceros países.
En materia de recursos, el plan solo señala la necesidad de potenciar las posibilidades de apoyo oficial al sector, una mayor utilización del seguro de crédito a la exportación, mejorar el marco de inversiones en el exterior vía acuerdos sobre protección de las mismas o la firma de convenios de doble imposición con países destino.
Desde la industria alimentaria se valora positivamente el contenido del plan y la voluntad de poner orden y facilitar las operaciones de comercio exterior, pero se reclama un mayor protagonismo para el sector privado, en tanto que entre el 70% y el 80% de los recursos que se destinan para la política de exportación son aportados por las empresas.
Desde la Secretaría General de Agricultura, Isabel García Tejerina puso en marcha en 2011 un grupo de trabajo interministerial para impulsar las exportaciones que finalmente se constituyó en septiembre de 2012 con la participación de los Ministerios de Presidencia, Asuntos Exteriores, Defensa, Fomento, Empleo, Educación, Cultura, Sanidad, Servicios Sociales, Hacienda y Administraciones Públicas.Las exportaciones agrarias y alimentarias, con un volumen de 35.719 millones de euros y un saldo positivo de casi 6.000 millones de euros en 2012, constituyen una de las puntas de lanza de las ventas españolas en el exterior. Pese a un crecimiento interanual en los últimos ejercicios superior al 10%, desde la Administración se considera que el sector tiene aún un amplio recorrido en el exterior.
Para el grupo interministerial, el plan para apoyar la internacionalización de las empresas agroalimentarias viene motivado por la necesidad de lograr economías de escala, la diversificación, alargar el ciclo de vida de los productos, aprovechar la capacidad ociosa de la fabricación, mejorar la imagen empresarial o la necesidad de superar la crisis de demanda del mercado interno, y de crear empleo.
Otros problemas son el desconocimiento de las empresas de los mercados locales, la carencia de canales de distribución, obstáculos logísticos como la gran distancia a mercados como Japón o China; barreras arancelarias en forma de políticas de seguridad alimentaria; obstáculos a la propiedad privada, restricciones a la repatriación de beneficios u otras exigencias sobre contratación de mano de obra local o uso de productos del país.Aunque cada mercado o producto es diferente, los expertos han identificado una serie de barreras a la actividad de las empresas que se deben superar. Entre las más importantes se hallan los obstáculos financieros, la dificultad de acceso a los créditos, la fluctuación de los tipos de cambio o el seguro a la exportación.
Los expertos señalan la necesidad de consolidar mercados tradicionales y buscar otros nuevos. Existe una gran dependencia de las ventas al resto de la UE, el 68%, como media, pero que llega al 90% en frutas y hortalizas, el 78% en carnes, el 70% en pescado, el 69% en aceite y el 61% en vinos. Junto a los mercados comunitarios, Rusia, Suiza, Noruega, EE UU, Brasil, Argelia y Marruecos son los principales destinos en frutas y hortalizas; Japón, China, Hong Kong, Ecuador, Tailandia, Ecuador, EE UU, y Rusia en pescados y conservas; Rusia, Japón Hong Kong, Andorra, China y Corea, en carnes; EE UU, Australia, Japón, Brasil, Rusia, China y México en aceite y EE UU, Suiza, Canadá, Japón, Rusia, China, México y Noruega en vino. China y Japón se consideran dos mercados prioritarios.
Entre otras líneas de actuación se apunta también la necesidad de eliminar barreras comerciales arancelarias; una mejora en la información sobre los mercados exteriores; campañas de promoción y marketingapoyando la presencia en ferias y congresos y propiciando encuentros con grandes cadenas de distribución; desarrollo de las producciones en función de cada mercado vía innovación y un aumento de la dimensión empresarial teniendo en cuenta que el 99% de las casi 30.000 empresas alimentarias son pymes.
De las empresas que exportan, solo el 39% cuentan con un departamento especializado en comercio exterior, un 11% tiene delegación fuera, el 46% cuenta con distribuidores en otros países y casi el 40% de las empresas no conoce ningún apoyo a la internacionalización, según los datos de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB).
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