Nueva ola de violencia en Irak deja casi 40 muertos en atentados y enfrentamientos
(BAGDAD, 20 de mayo. AFP) - Una nueva ola de violencia en Irak dejó el lunes 15 víctimas mortales en una serie de atentados en la capital, Bagdad, y en Basora (sur), pocas horas después de que 24 policías murieran el domingo por la noche en enfrentamientos en el oeste del país.
Desde que empezó el año, 200 personas murieron cada mes por los atentados en el país, y solamente en abril hubo 460 víctimas mortales, según un balance de la AFP. En 2006-2007, los años más violentos en Irak, morían más de 1.000 personas al mes.
Este lunes dos coches bomba explotaron en el puerto de Basora, provocando la muerte de siete personas y dejaron heridas a 35, según fuentes oficiales.
En Bagdad, siete coches bomba y un artefacto explosivo causaron la muerte a seis personas y dejaron 57 heridos en varios lugares de la capital. En Samarra, al norte de Bagdad, otro vehículo con explosivos estalló matando a dos milicianos anti-Al Qaida, e hiriendo a 12 personas.
El domingo por la noche, 24 policías murieron en la provincia de Al Anbar (oeste), indicaron fuentes policiales y médicas este lunes.
Los hechos ocurrieron durante un intento de rescate de un grupo de policías que habían sido secuestrados el sábado y el asalto a dos comisarías de policía por parte de hombres armados. Doce policías que estaban secuestrados murieron durante el intento de rescate y cuatro resultaron heridos. En los asaltos a dos comisarías de policía, los hombres armados mataron a 12 agentes en Anbar, según las fuentes.
Estos hechos se producen en un contexto de creciente violencia interconfensional en Irak.
En estas últimas semanas, numerosos lugares de culto sunitas y chiitas fueron objeto de ataques, mientras la tensión aumenta entre el gobierno de Nuri al Maliki, de confesión chiita, y los sunitas, una minoría en el país.
Desde finales de diciembre, se registran regularmente manifestaciones contra el primer ministro en varias zonas de mayoría sunita. Los participantes acusan a las autoridades de estigmatizar a su comunidad con arrestos y acusaciones injustificadas de “terrorismo”.