Un viajero chino intentó que su mascota, una pequeña tortuga, viajara con él en un avión, pese a las restricciones vigentes, y para ello la ocultó en una hamburguesa de pollo, informó el diario "South China Morning Post".
La estratagema del pasajero, apellidado Li, fue descubierta el lunes en el Aeropuerto Internacional de Cantón (sur de China), en la sección de seguridad donde los viajeros deben colocar su equipaje de mano en aparatos de rayos X.
Li colocó a su tortuga dentro de la hamburguesa que había adquirido en un restaurante KFC, ocultas ambas en una bolsa del establecimiento, pero no consiguió engañar a los operarios de seguridad, que se extrañaron al ver en el monitor que el emparedado tenía protuberancias harto infrecuentes (las patas de la tortuga).
Interrogado por la policía al respecto, el pasajero insistió en que la bolsa no contenía nada especial, pero finalmente los operarios de seguridad abrieron ésta, extrajeron el animal y comunicaron a Li que no podía ir con él en el vuelo, que tenía por destino la capital pequinesa.
El incidente no pasó a mayores, ya que un amigo que acompañaba a Li para despedirle se hizo cargo de la tortuga, ante la tristeza de su dueño, que tuvo que dejar a su mascota a miles de kilómetros de distancia.
El suceso ha sido abundantemente comentado en las redes sociales chinas, donde algunos internautas han apuntado que Li por una parte mostró un gran amor a su tortuga pero, por otro, fue cruel al obligarla a pasar por un aparato de rayos X, que podría haber dañado la salud del quelonio.
EFE
La estratagema del pasajero, apellidado Li, fue descubierta el lunes en el Aeropuerto Internacional de Cantón (sur de China), en la sección de seguridad donde los viajeros deben colocar su equipaje de mano en aparatos de rayos X.
Li colocó a su tortuga dentro de la hamburguesa que había adquirido en un restaurante KFC, ocultas ambas en una bolsa del establecimiento, pero no consiguió engañar a los operarios de seguridad, que se extrañaron al ver en el monitor que el emparedado tenía protuberancias harto infrecuentes (las patas de la tortuga).
Interrogado por la policía al respecto, el pasajero insistió en que la bolsa no contenía nada especial, pero finalmente los operarios de seguridad abrieron ésta, extrajeron el animal y comunicaron a Li que no podía ir con él en el vuelo, que tenía por destino la capital pequinesa.
El incidente no pasó a mayores, ya que un amigo que acompañaba a Li para despedirle se hizo cargo de la tortuga, ante la tristeza de su dueño, que tuvo que dejar a su mascota a miles de kilómetros de distancia.
El suceso ha sido abundantemente comentado en las redes sociales chinas, donde algunos internautas han apuntado que Li por una parte mostró un gran amor a su tortuga pero, por otro, fue cruel al obligarla a pasar por un aparato de rayos X, que podría haber dañado la salud del quelonio.
EFE