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domingo, 16 de marzo de 2014

ECONOMIA

Sandía y Chirimoya en el Atlántico


Los técnicos petroleros suelen bautizar con nombres llamativos, agrupados en familias, las explotaciones que sondean para identificarlos. Y en Canarias, los profesionales de Repsol han decidido plantar frutas y hortalizas en aguas atlánticas. Por allí se reparten Sandía, Plátano, Zanahoria, Chirimoya, Cebolla y Naranja, que, de momento, están a la espera de la decisión que tome el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente sobre el impacto y la respuesta del Tribunal Supremo a los recursos presentados contra el proyecto, entre ellos los del Gobierno canario y los cabildos de Fuerteventura y Lanzarote. Ambas decisiones, bañadas en la tormenta política entre el Gobierno central y el autonómico y los cabildos, se esperan para abril. Se da la circunstancia de que en Canarias se instaló la primera refinería española en 1929 (propiedad de Cepsa).
Si obtiene el permiso ministerial y el Supremo no pone objeciones, el consorcio que encabeza Repsol con el 50%, y del que forman parte la australiana Woodside (30%) y la alemana RWE Dea (20%), tiene previsto comenzar a explorar a partir del próximo verano si hay o no hay petróleo. Y si considera que es rentable se abriría una nueva etapa que comenzaría con la solicitud del permiso de explotación y el proyecto de desarrollo, así como otro informe de impacto medioambiental. Es decir, la obtención de la llamada first oil (primera gota) se alargaría hasta 2019 o 2020.
En paralelo, Marruecos ha parcelado todas sus aguas territoriales y desarrollado un ambicioso plan de prospecciones, mientras Canarias solo ha hecho nueve parcelas y lleva años con el proyecto a cuestas.
En la documentación presentada se incluyen los sondeos exploratorios de los dos proyectos más importantes, Sandía y Chirimoya, por requisito legal. Sandía, según las estimaciones de Repsol, tiene una capacidad inicial para producir 330 millones de barriles, y Chirimoya, 165 millones. Los otros cuatro elevarían a un total de 898 millones —con un potencial máximo de 2.277 millones— la previsión. La probabilidad de éxito geológico es del 20%, lo que está por encima de la media mundial (12%), aunque para algunas de las estructuras no pasa el 5%. Repsol, que en 2013 perforó 24 pozos y descubrió nueve, recuerda que cada año se hacen 1.000 prospecciones.En efecto, el proyecto canario se remonta a 2001, cuando Repsol recibió el permiso para investigar en las aguas territoriales frente a la costa marroquí. A partir de ese momento realizó, sucesivamente, la cartografía de la zona y las ecografías del subsuelo, de manera que en 2003 ya estaba lista para explorar; pero el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero paralizó los permisos. Y así estuvo hasta que el 16 de marzo de 2012, el Gobierno del PP aprobó la reanudación de los trabajos. Repsol recibió la autorización del Ministerio de Industria y, a finales de septiembre de 2013, presentó la declaración de impacto medioambiental después de recibir 11.000 alegaciones en contra, la mayoría de particulares y varias de organismos canarios.
Los sondeos exploratorios, que son los que determinan si existen hidrocarburos comercialmente explotables, supondrían una inversión de 300 millones y si, finalmente, saliera adelante, Repsol invertiría 9.000 millones en la explotación de los pozos durante un periodo de 20 años. La reversión para la economía canaria sería de entre 3.000 y 5.000 empleos indirectos. Las estimaciones previas indican que es en esa zona podría haber petróleo para una producción de entre 100.000 y 150.000 barriles/día durante ese periodo, una cantidad suficiente para cubrir el 10% de la demanda anual de hidrocarburos de España, que es el país más dependiente de la importación de hidrocarburos de la OCDE.
Para llevar a cabo las exploraciones, Repsol ha alquilado por tres años un buque de posición dinámica llamado Rowan Rainassance, botado el pasado diciembre en los astilleros coreanos y que ahora está en Namibia. Tiene capacidad para hacer prospecciones 3.700 metros sobre lámina marina y 12.000 incluyendo el subsuelo.
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