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domingo, 16 de marzo de 2014

INTERNACIONALES

La policía centra la investigación en la tripulación del avión desaparecido

Malasia ha asegurado este domingo que ha solicitado más ayuda internacional y coordinación para localizar el avión del vuelo MH370 de Malaysia Airlines que se esfumó en la madrugada del sábado 8 de marzo con 227 pasajeros (153 de ellos, chinos) y 12 tripulantes a bordo cuando viajaba de Kuala Lumpur a Pekín.
Las autoridades parecen haberse decantado por la posibilidad de que el piloto, el copilo o alguien del pasaje secuestrara el avión o cometiera una acción suicida. La policía está analizando la vida personal, el historial político y el pasado religioso de cada uno de los miembros de la tripulación en un intento de arrojar un poco de luz sobre por qué la aeronave continuó volando durante cientos de kilómetros después de que diera la vuelta de su ruta tras perderse el contacto con los controladores aéreos civiles poco menos de una hora después del despegue, según han señalado fuentes policiales, informa Reuters.
La policía ha dicho hoy que está analizando, en particular, el simulador de vuelo de tamaño natural que tenía el piloto, Zaharie Ahmad Shah, en su casa, y está investigando a los ingenieros que tuvieron contacto con el Boeing 777-200 poco antes del vuelo. Zaharie había publicado en Internet fotos del simulador casero que construyó con tres grandes monitores y otros accesorios. Malaysia Airlines había afirmado anteriormente que la existencia del simulador no supone en sí mismo motivo de sospecha.
El Gobierno malasio ha pedido colaboración a países desde Asia central -como Pakistán y Kazajistán- al océano Índico -como Australia- para que le suministren datos de satélites y radares que permitan trazar el posible recorrido seguido por el aparato. El número de países que participan en la operación de búsqueda ha pasado así de 14 a 25.
El ministro de Transportes, Hishammuddin Hussein, ha afirmado que las autoridades esperan que la contribución de más datos facilite la búsqueda. La policía de Malasia ha dicho también hoy que ha solicitado a los países que tenían ciudadanos en el avión que investiguen sus antecedentes, y que algunos ya lo han hecho pero otros aún no. Los pasajeros son de 14 nacionalidades diferentes.
La petición de más ayuda internacional se produce después de que el primer ministro de Malasia, Najib Razak, dijera ayer que, tras desaparecer de los radares civiles, el avión pudo haber tomado dos corredores aéreos y acabar a miles de kilómetros de donde fue detectado por última vez; uno, en el noroeste, hacia la frontera de Kazajistán y Turkmenistán, y el otro al suroeste, hacia el océano Índico sur.
La amplitud de la zona y la gran profundidad del Índico –una media de 3.900 metros- suponen un gran desafío para localizar los posibles restos y las cajas negras del avión, en las que figuran los registros de las conversaciones de los pilotos y otros datos imprescindibles para saber lo que ocurrió.
Dado que el espacio aéreo al norte de la zona en la que los satélites detectaron por última vez una señal procedente del avión está mucho más transitado, por lo que el vuelo habría sido identificado probablemente, los expertos creen que lo más probable es que el Boeing tomara el corredor aéreo rumbo sur, hacia el Índico, donde pudo quedarse sin combustible y estrellarse. El Índico es una de las zonas de mar más aisladas del mundo, con poca cobertura de radar, por lo que podría tardarse mucho tiempo en encontrar los restos del avión, o no llegar a localizarlos nunca. Aunque las balizas de emergencia y las cajas negras deberían estar emitiendo, su autonomía de funcionamiento es de 30 días. Malasia ha asegurado que, de momento, ambos corredores aéreos, el del norte y el del sur, están siendo tratados “con la misma importancia”.
Este domingo, se ha sabido también que los investigadores han reproducido esta semana con un Boeing 777-200 idéntico la ruta que se cree que siguió el aparato desaparecido, y que la prueba ha confirmado que dio media vuelta y se dirigió hacia el oeste, según France Press. El ensayo pretendía confirmar si los datos de los radares militares y los satélites generados coincidían con los del vuelo MH370, y así ha ocurrido. Ha demostrado que son idénticos a los que se cree que muestran que el avión desaparecido giró hacia el oeste, cruzó Malasia y, una vez sobre el estrecho de Malaca, se dirigió al noroeste hacia el mar de Andamán. El avión de la prueba siguió la misma ruta, e incluyó movimientos en zigzag destinados a evitar los radares civiles.
La investigación se centra ahora en el comandante -Zaharie Ahmad Shah, de 53 años- y el copiloto -Fariq Abdul Hamid, de 27-. La policía registró el sábado sus viviendas, en un barrio de clase media en las afueras de Kuala Lumpur, cerca del aeropuerto internacional.
Zaharie Ahmad Shah es un piloto con larga experiencia, y ha sido descrito por sus compañeros de trabajo como un apasionado de la aviación, hasta el punto que pasaba horas practicando en el simulador de vuelo que tenía en su casa. Los mensajes que había colocado en Facebook sugieren que era un activo oponente de la coalición que ha gobernado Malasia durante 57 años desde la independencia. Malaysia Airlines ha asegurado que no cree que Zaharie saboteara el avión. Lo mismo han declarado sus amigos y colegas de profesión.
El copiloto, Fariq Abdul Hamid, era un hombre religioso y muy responsable en su trabajo, según han declarado su familia y sus amigos, que han intentado contrarrestar las informaciones que sugieren que era un seductor imprudente con su trabajo. Estaba pensando en casarse.
La aerolínea ha investigado las informaciones relativas a una mujer surafricana, Jonti Roos, que asegura que Fariq las invitó a ella y a entrar en la cabina durante un vuelo entre Phuket (Tailandia) y Kuala Lumpur en diciembre de 2011. Roos lo contó en una entrevista en la televisión australiana Channel Nine, que mostró fotos y vídeos de las dos mujeres con Fariq y el piloto del vuelo en lo que parece una cabina de avión. El acceso de los pasajeros a la cabina está totalmente prohibido desde los atentados del 11-S en Estados Unidos, en 2001.
La investigación sobre la tripulación se ha intensificado después de que Najib Razak asegurara el sábado que el aparato fue desviado de su ruta de forma deliberada, que alguien desconectó los sistemas de comunicación a propósito y que la última señal que el avión continuó intercambiando con los satélites se produjo siete horas y media después del inicio del viaje.
Las revelaciones del primer ministro descartan, en la práctica, algunas de las teorías barajadas hasta ahora como un fallo mecánico catastrófico o una explosión en pleno vuelo, para apuntar al secuestro o la acción suicida.
Los acontecimientos de los últimos días, con el anuncio de que el avión dio la vuelta sobre su ruta prevista después de perderse la señal con los radares civiles en el mar del sur de China, cruzó la península de Malasia y se internó en el estrecho de Malaca, entre la costa oeste de Malasia y la isla indonesia de Sumatra, han provocado la cancelación de las labores de búsqueda en el mar del Sur de China. India ha dicho que ha suspendido también las operaciones en los alrededores de las islas de Andamán y Nicobar, situadas entre el estrecho de Malaca y el golfo de Bengala, a petición del gobierno malasio, que quiere reorganizar las prioridades.
Najib Razak afirmó que los investigadores creen que el ACARS (Aircraft and Communications Addressing and Reporting System) fue desactivadoantes de que el avión alcanzara la costa este de Malasia, y que poco después alguien a bordo apagó el transpondedor, que comunica con el control aéreo civil.
EL PAIS