La colonia china en Venezuela es conocida por ser numerosa, trabajadora y muy buena cocinera. No solo en el país, si no en otras fronteras del mundo, existen más de 60 millones de ellos tratando de hacer vida.
El inmigrante chino, Yu Hong Chang, expresó que uno de los grandes mitos que se tiene hacia los chinos es que todos saben Kung-fu y que todos cargan colitas de cabello. Sobre esto, Hong Chang aclaró que “realmente eran una imposición de los Manchúes cuando donimaron la China (…) a veces engranan esa relación hasta que uno empieza a entender y comprender”.
El hijo de un inmigrante chino, Miguel de Diego, comentó que la comunidad china es relativamente hermética. “El contacto que tiene con América es en tiempos modernos, en tiempos en el que se rompe el hermetismo ya establecido en China, además de haber medios de transporte (…) aún así (irse de China) era abandonar un mundo y afrontar otro completamente desconocido”, aseguró.
“El chino solo sabía lo que dejaba y no lo que se iba a encontrar, quizá es una inmigración presionada por toda la estrangulación por las guerra y las penurias económicas (…) para ellos, Venezuela se ofrecía como una primavera y como una oportunidad”, señaló de Diego.
Por su parte, el inmigrante chino, Wa Ta Hon Chen, manifestó yo llegó al país en el año 1954 y en principio, trabajaba en una cafería lejos de Caracas. “No hablaba ni una palabra, pero servía y llevaba comida (…) en aquella época en la que habían muy pocos chinos”, sostuvo.
Sobre el taichí, Hong Chang comentó que es un arte marcial y como disciplina tiene alrededor de 400 años. En Venezuela, tiene 30 años.
“Se hizo con el fin de que el practicante del arte marcial no se lastimara. Al principio no era tan lento, pero posteriormente se hizo para más terapia y empezaron a mejorar (…) en los años 40 y 50, los mismos doctores ingleses, mandaban a la gente con tuberculosis a hacer taichí para cuidarse”, enfatizó el entrenador de taichí.