(Ciudad del Vaticano, 04 de octubre- EFE).- La Santa Sede alertó hoy de que la violencia en Oriente Medio corre el riesgo de convertirse en un mero objeto de “crónica” periodística, e instó a la comunidad internacional a “no permanecer inerte” ante la matanza de personas a causa de su fe por parte de grupos extremistas.
Esta es la síntesis del comunicado difundido hoy por el Vaticano con motivo de la conclusión del encuentro de nuncios apostólicos de Oriente Medio que se ha celebrado en el Vaticano desde el jueves, a petición del papa para informar y reflexionar sobre la situación de los cristianos en dicha región.
En la nota, titulada “Basta de guerra y de violaciones de los derechos humanos”, se explicó que la reunión ha permitido “conocer de primera mano la situación de los cristianos en diversos países y el contexto en el que viven”.
Asimismo, los nuncios reafirmaron la necesidad de hacer “todo lo posible para ayudar a estas personas”.
El Vaticano expresó su “grave preocupación” por las actuaciones de algunos grupos extremistas, en particular las que llevan a cabo los yihadistas del Estado Islámico (EI), que ya controlan amplias zonas a ambos lados de la frontera entre Siria e Irak y que actualmente están siendo atacados por una coalición internacional.
“La comunidad internacional no puede permanecer indiferente ante la masacre de personas solo por sus creencias religiosas o por su pertenencia étnica, ante la decapitación y la crucifixión de seres humanos en las plazas públicas, ante el éxodo de miles de personas o la destrucción de lugares de culto”, refirió.
Los nuncios también secundaron la opinión del papa al recordar que es “lícito detener al agresor injusto” pero siempre en base a las normas del derecho internacional.
Durante la misa que cerró esta reunión, el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, instó a los católicos a emprender iniciativas que “sensibilicen a los gobiernos y a la comunidad internacional” para afrontar así esta circunstancia.“No obstante, la solución del problema no se puede basar en las respuestas militares, sino que debe ser analizado a partir de las causas que lo originan y que son aprovechadas por la ideología fundamentalista”, añadió.
“Esta situación nos impulsa como individuos y como comunidad cristiana, como Iglesia, a rezar constantemente y a llevar a cabo todas aquellas iniciativas concretas que sirvan para sensibilizar a los Gobiernos y a la opinión pública“, manifestó.
Además, añadió que “no se deben escatimar acciones que alivien las condiciones de nuestros hermanos y que detengan a los violentos”.
Parolin explicó que los cristianos que sufren persecución deben poder “reconocer en la Iglesia una institución que les defiende, que reza y actúa por ellos, que no tiene miedo de la verdad, dando la palabra a quien no tiene voz y ayuda al abandonado, al prófugo o al discriminado”, afirmó.