El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas expresó este miércoles preocupación por los informes que indican que más de 15.000 combatientes terroristas extranjeros de más de 80 países se han sumado a las fuerzas asociadas a Al-Qaeda.
Esos militantes se han dirigido especialmente a Siria, Iraq, Somalia, Yemen, y varios países del Magreb y el Sahel, advirtió el Consejo en una declaración.
Así mimo, urgió a los Estados a adoptar medidas para cumplir con las obligaciones establecidas en varias resoluciones de ese órgano de seguridad relativas al terrorismo y pidió que estas se ajusten a las normas internacionales de derechos humanos.
El documento también indica que el terrorismo no será derrotado por la fuerza militar, la ley ni las operaciones de inteligencia por sí solas, y subrayó, en ese sentido, que se deben abordar las causas de la propagación de esas ideologías extremistas.
Además, llamaron a políticas de amplio enfoque para afrontar los factores que impulsan el reclutamiento y la radicalización tanto a nivel nacional, como regional y multilateral.