(San Francisco, EE UU, 07 de diciembre. EFE).- Millones de estrellas de mar han muerto durante los últimos meses en la costa del Pacífico norteamericano, desde Alaska hasta México, en una epidemia que está afectando al ecosistema marino y cuyo origen podría estar en un virus, según las últimas investigaciones.
En una entrevista con Efe, el investigador de la Universidad de California en Santa Cruz y coautor del estudio que apunta al virus como el más probable responsable de la desaparición en masa de estos invertebrados, Pete Raimondi, explicó que se trata de un microbio que ha existido desde hace por lo menos setenta años.
“No se trata de un virus nuevo, sino que ha existido y ha tenido presencia en estas costas desde hace por lo menos setenta años. Está presente en animales de acuarios y museos que fueron capturados entonces. Lo que ahora tratamos de averiguar es por qué se ha vuelto tan virulento durante los últimos meses”, indicó Raimondi.
El actual brote que se ha cobrado la vida de millones de estrellas de mar en el litoral del Pacífico norteamericano y ha arrasado con la población de esta especie en determinadas áreas empezó entre mayo y junio de 2013 en las costas del estado de Washington (noroeste de EEUU).
Desde allí, se extendió rápidamente hacia el norte y el sur, afectando a Oregón, California, Alaska y el litoral occidental de Canadá y México.
A las estrellas de mar afectadas se les caen los brazos y sus tejidos se ablandan hasta desintegrarse por completo.
El virus identificado como presunto causante de esta enfermedad (los científicos insisten en hablar de “presunto” porque aunque todo apunta a él, las pruebas todavía no son concluyentes) solo afecta de forma virulenta a las estrellas de mar, pero también reside en otros animales como los erizos de mar y en los sedimentos.
“Que los erizos de mar sean portadores del virus pero éste no les afecte de forma virulenta podría dificultar mucho la fase de recuperación para las estrellas, ya que significa que el virus seguirá presente en el entorno aunque ya no queden estrellas”, apuntó Raimondi.
A nivel más inmediato, la desaparición en masa de las estrellas de mar está aumentando mucho la población de mejillones y erizos de mar, que forman parte de la dieta de estos invertebrados, mientras que está menguando la población de otras especies que acostumbran a alimentarse de estrellas, por lo que ha quedado afectada la biodiversidad de la zona.
“Creemos que ha sido el estrés causado por un cambio en el entorno el que ha desencadenado que este virus se haya vuelto más virulento contra las estrellas de mar”, concluyó el investigador de la Universidad de California en Santa Cruz.
Este estrés podría ser el resultado de factores naturales como la intensa sequía crónica que padecen California y gran parte del oeste de EEUU desde hace tres años o derivado de actividades humanas como la contaminación o la sobreexplotación de las costas.
“Otra posibilidad es que haya mutado, aunque nuestra principal teoría es que el brote actual está vinculado a un factor de estrés”, señaló Raimondi.
Hasta que no se descubra qué fue exactamente lo que causó la situación de estrés, no se podrá determinar con certeza si este brote puede volver a reproducirse en el futuro y si supone una amenaza para otras regiones del planeta.
Pese a todo, nuevas estrellas jóvenes están apareciendo en las áreas devastadas por la epidemia, ya que antes de morir, las estrellas de mar macho y hembra soltaron esperma y huevos, respectivamente.
Eso llevó a la fertilización de los huevos en el agua y ahora están creciendo nuevos ejemplares,lo que da esperanzas para que pueda producirse un fenómeno de repoblación.