El Real Madrid recibió una sonada pitada cuando finalizó el partido ante el Schalke en el que accedió a cuartos de final de la Champions League pese a perder 3-4. Iker Casillas mandó a sus compañeros para que fueran a saludar a la afición desde el centro del campo cuando vio que Cristiano Ronaldo ya se dirigía hacia los vestuarios. El capitán ordenó al portugués que volviera con el resto de jugadores para agradecer el apoyo de la afición durante el partido.