( AFP) Un calor estival se apodera de Madrid. En una antigua fábrica de tabaco, un centenar de ciudadanos comprometidos analiza sus relaciones con la futura alcaldía dirigida por ‘indignados’, surgidos de sus filas, una experiencia sin precedentes.
“Lo que estamos haciendo es dar una fotografía de las prioridades que vamos a plantear (…) se trata de hacer un trabajo de abajo hacia arriba”, resume Yara Bermejo, una maestra de 36 años.
La asamblea tiene lugar en La Tabacalera, centro autogestionado cubierto de arte urbano en el barrio popular de Lavapiés, uno de los puntos de encuentro de los ‘indignados’ a unos días de la investidura de la exjueza Manuela Carmena.
Su equipo, una plataforma ciudadana compuesta por representantes de asociaciones, colectivos y partidos como Podemos (izquierda radical), Equo (izquierda ecologista) e Izquierda Unida (ecolo-comunista), reemplazará este sábado a la derecha en el poder desde hace 24 años en Madrid.
Esta plataforma es “un caso bastante único en Europa” para una capital, considera el politólogo Fernando Méndez, especialista en democracia directa en la Universidad de Ginebra.
La lista “Ahora Madrid” y su programa fueron elaborados por los ciudadanos en asambleas como la de La Tabacalera, antes de ser sometidos a la votación de más de 15.000 personas por internet.
Tres años después de la histórica acampada en mayo de 2011 en la Puerta del Sol de Madrid, un grupo de ‘indignados’ dio nacimiento al partido Podemos y a esta plataforma ciudadana, bautizada en un principios “Ganemos Madrid”.
Con los años, en la calle, “se han forjado conexiones políticas” entre diferentes esferas de activismo, explica Juan López de Uralde, portavoz de Equo. Todos constataban lo mismo: el Partido Socialista y el conservador Partido Popular “se habían convertido en entes muy alejados de la realidad social”. “Nos sentíamos poco escuchados por los grandes partidos”, agrega.
Se juntaron así ciudadanos de orígenes muy diversos: profesores como Bermejo, estudiantes de la asociación Juventud sin Futuro, jóvenes profesores de Ciencias Políticas fundadores de Podemos, colectivos de enfermeros que inundaron las calles con sus “mareas blancas” para defender la salud pública, o los militantes que se encadenan a la entrada de un edificio para impedir la expulsión de una familia insolvente.
Raíces anarquistas
Ideológicamente, Ahora Madrid tiene raíces anarquistas y libertarias, inspirándose de la insurrección de la Comuna de París (1871) y movimientos posteriores, y nutriéndose de principios ecológicos.
Su biblia es “El desafío municipalista”, un texto que alude a los “Kabouters” holandeses, un movimiento de ocupación de viviendas que remonta a los años 1970, a los Verdes europeos, pero también al “municipalismo libertario”, imaginado por un neoyorquino, Mourray Bookchin, y por último a los movimientos de resistencia principalmente indígenas de América Latina.
Aparecen así en su ADN las luchas de las asociaciones vecinales de Madrid durante la dictadura franquista (1939-1975).
“Empecé a tener esa idea de que se agota el tiempo de un modelo de partido político muy impermeable a la sociedad civil”, recuerda Inés Sabanés, de Equo, futura concejal encargada de Medio Ambiente.
Nacho Murgui, de 43 años, también se vio seducido. Expresidente de la federación de asociaciones vecinales de Madrid, estará al cargo de la “coordinación” de los distritos.
El 24 de mayo, durante la noche de las elecciones municipales, “me acordé de las muchas cosas que habíamos conseguido con las instituciones en contra”, recuerda mientras pasea por su popular barrio de Adelfas: el vertedero transformado en parque, el gimnasio, las sesiones de cine en un descampado.
Ahora lo podrán hacer “con” las instituciones, se congratula.
Según varios miembros de la plataforma, el partido antiliberal Podemos intentó controlar la lista, pero finalmente aceptó en marzo diluir su presencia. Aunque sus miembros tendrán puestos importantes, especialmente el de portavoz del ayuntamiento, atribuido a Rita Maestre, de 26 años.
Podemos dirigió sin embargo directamente la campaña, combinando redes sociales y reuniones de barrio.
Su hábil marketing convirtió a la desconocida Carmena en figura popular gracias al “Movimiento de Liberación Gráfica de Madrid” que la caracterizó como Catwoman o Mary Poppins, sobre fondo de Magritte, en ilustraciones para las redes, carteles o escaparates de comercios.
“Manuela”, sin experiencia en gestión municipal, deberá dirigir una ciudad de tres millones de habitantes y demostrar que una plataforma ciudadana puede gobernar.
“¡Ahora a trabajar!”, lanza a Nacho Murgui un vecino de Adelfas.