La noticia del hallazgo de 50 inmigrantes en la bodega de un buque la pasada noche y el descubrimiento, hoy, de 20 o más cadáveres de migrantes abandonados en un camión en una autopista austriaca son francamente espeluznantes. Se trata de terribles actos criminales realizados por traficantes sin escrúpulo alguno.
La crisis migratoria no ocurre en un lugar lejano, se está produciendo delante de nuestros propios ojos.
El Canciller Faymann tiene razón cuando afirma que no podemos seguir por este camino: esta no es una crisis austriaca; no se trata de una crisis italiana, francesa, alemana o de una crisis griega o húngara. Es una crisis europea y exige una respuesta europea colectiva.
La Comisión Europea ha puesto sobre la mesa esa respuesta europea — desde incrementar nuestra presencia en el mar, pasando por cooperar con los países de origen y tránsito, a luchar contra las redes de tráfico de migrantes, lograr que los retornos sean más eficaces y aplicar las normas comunes de la UE en materia de asilo común recientemente adoptadas, sin dejar de mostrar solidaridad con los países que están en primera línea. Hemos de abordar el problema desde todos los ángulos. Ya hemos anunciado que pronto llegarán otras propuestas.
Ahora es el momento de las acciones conjuntas y la solidaridad con todos los Estados miembros y los países socios de la región. Esta es la razón de que vayamos a visitar varios de los Estados miembros más afectados, empezando por Calais, el lunes, y, a continuación, Austria, el 7 de septiembre, para debatir un mayor apoyo y las acciones conjuntas.
Entretanto, algunas de las medidas propuestas por la Comisión ya han encontrado apoyo. Es preciso, no obstante, que todas las demás se adopten urgentemente por los 28 Estados miembros de la UE — incluso por aquellos que hasta ahora se han mostrado reticentes a hacerlo.
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Dimitri Barua
Departamento de Prensa
UE