( AFP).- El presidente de Argentina, Mauricio Macri, anunció este lunes la eliminación de impuestos a las exportaciones agrícolas y una gran rebaja a la soja, el oro verde de este país conocido como uno de los graneros del mundo, con el fin de aumentar las reservas del Banco Central.
Los productores calificaron el anuncio de “histórico” y dijeron que el próximo año podría crecer al menos 30% la siembra de trigo y de maíz, en momentos en que la producción de granos está en niveles pletóricos en el mercado internacional, con precios que bajan desde hace meses.
“Hoy voy a firmar el decreto de retención (impuesto a las exportaciones) cero para las economías regionales”, dijo Macri ante productores en Pergamino, 220 km al noroeste de Buenos Aires.
Su ministro de Agricultura, Ricardo Buryaile, precisó que “las retenciones pasan a cero para trigo, maíz, sorgo, excepto para la soja que pasa del 35% al 30%”.
“Esto es el cumplimiento de una promesa de campaña. Coloca a la Argentina otra vez en los mercados de alimentos, básicamente con trigo y maíz”, indicó Horacio Salaverri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap).
El presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Dardo Chiesa, apostó que las siembras de trigo y maíz volverán “a niveles históricos”, luego de que los cultivos perdieran superficie por los impuestos que aplicó la expresidenta Cristina Kirchner (2007-2015), según indicaron.
“El desafío es retornar a los niveles de producción, crecer y dar valor agregado en los pueblos”, señaló Chiesa al prever también que “va a crecer fuerte la producción de carne”.
Argentina es el cuarto exportador mundial de maíz con una producción de 25 millones de toneladas, el tercero de soja con 57 millones de toneladas y un importante proveedor internacional de trigo. Es además el mayor exportador mundial de aceite y harina de soja.
Macri, asumió el jueves, y enseguida buscó consensos con políticos, patronales agrícolas e industriales de todas las tendencias tras haber ganado la presidencia con 51% de los votos y con un Congreso controlado por la oposición.
Los impuestos a las exportaciones de granos, que permitieron un sensible aumento de la recaudación, generaron en 2008 una prolongada huelga del campo que puso en jaque al gobierno centroizquierdista de Kirchner.
Tantas expectativas como granos
El anuncio de Macri se produce en momentos en los stocks mundiales de trigo, maíz y soja son abundantes y sus precios bajos.
Analistas en Estados Unidos temen que la tendencia a la baja de los precios se acentúe con una mayor producción desde el país austral.
La medida argentina tiene precisamente por objetivo incentivar la producción agrícola pero a corto plazo busca que los productores y exportadores liquiden el stock retenido, como una manera de que ingresen divisas a las alicaídas reservas del Banco Central, por debajo de 25.000 millones de dólares.
Según el nuevo gobierno, la reducción de ingresos a las arcas públicas debido a la quita de impuestos a las exportaciones se compensará en gran parte por el aumento de los impuestos a las ganancias de los productores.
“Confío en ustedes que podemos duplicar la producción de alimentos en Argentina”, declaró Macri ante los productores.
Afirmó que Argentina tiene que “dejar de ser el ‘granero del mundo”, para ser el supermercado del mundo”, en alusión al agregado de mano de obra a la materia prima.
Las exportaciones agrícolas globales estimadas para este año alcanzan unos 25.000 millones de dólares, un tercio del total de ventas al exterior.
Campo vs Industria
Macri dio por terminada la histórica puja en Argentina entre los intereses de los sectores agrícolas y los productores industriales, al sostener que no son antagónicos.
“Lo primero es que no hay más que plantear las cosas en términos del campo o la industria, el campo o el país, es el campo y la industria, el campo y el país. Porque sin el campo el país no sale adelante”, advirtió.
En ese marco, el mandatario prevé encontrarse este mismo lunes con la Unión Industrial Argentina (UIA), donde 1.500 empresarios esperan también novedades sobre las promesas de liberación del tipo de cambio.
Las patronales del campo tanto como los sectores industriales y los exportadores esperan una devaluación de la moneda y que se consolide un tipo de cambio único.
El dólar en el mercado oficial cerró el lunes a 9,79 pesos por divisa pero en el mercado paralelo el billete estadounidense está en torno a los 14,60 pesos, una brecha de casi 50%.
Ante la caída de reservas del Banco Central el final de lo que el mercado llama “cepo cambiario”, vigente desde 2011, se haría sólo cuando sea posible.