Italia alcanza un acuerdo con la Comisión sobre el ‘banco malo’
Después de mucha negociación, Italia ha pactado con la Comisión Europea un mecanismo para que el Estado ayude a los bancos italianos a hacer frente al gran volumen de créditos morosos –unos 200.000 millones de euros— que lastra su economía y la sitúa al borde de un grave problema financiero. El ministro italiano de Economía, Pier Carlo Padoan, admite que se trata de “un mecanismo un poco complicado”, pero que, unido a las herramientas de que ya dispone Italia, ayudará a gestionar la morosidad. Se trata, en palabras de Margrethe Vestager, comisaria europea de Competencia, de un “esquema de garantías” que debería permitir a bancos italianos titulizar y mover los créditos morosos de sus balances a entidades separadas y gestionadas individualmente.
Aunque los detalles aún están por cerrar, una nota del Ministerio de Economía italiano adelanta que, “de acuerdo con la Comisión Europea”, el mecanismo pactado no contempla ayudas del Estado, pero sí “garantías estatales para los tramos sénior de los activos titulizados depositados en entidades separadas y gestionadas individualmente”. Las garantías estatales se concederán y serán valoradas acorde a los precios del mercado. El objetivo último, según el ministerio de Economía, es crear paquetes de títulos compuestos de títulos deteriorados, pero de buena calidad.
Bruselas, con ayuda de un fideicomisario, como suele hacerse en este tipo de acuerdos, supervisará la implementación del esquema para garantizar que no haya ayudas de Estado. Italia es uno de los países europeos en los que el problema de los créditos morosos está más arraigado.
El pasado diciembre, la agencia de calificación Fitch alertó de que los bancos italianos acumulan 200.000 millones de euros en créditos dudosos, "una cantidad que pesa sobre la rentabilidad y gestión del sector". La reciente alarma ha saltado después de que se conociera que el Banco Central Europeo (BCE) ha solicitado informes sobre los créditos de riesgo a algunas entidades italianas.
En su papel de supervisor bancario europeo, el BCE ha asegurado que se trata de un procedimiento "rutinario" y que no hay motivo para desconfiar de la banca italiana. Sin embargo, ni el anuncio del BCE ni las medidas extraordinarias que ha activado el CONSOB (la CNMV italiana) para prohibir las ventas a corto plazo y expulsar a los especuladores del mercado frenaron el descalabro de los bancos italianos en los últimos días.
La crisis bancaria italiana se ha desbocado a fines del pasado año, cuando el Gobierno acometió la reestructuración de dos bancos y dos cajas de ahorro regionales que estaban a punto de la quiebra.
EL PAIS