. AFP) – Los iraníes votaban este viernes en dos comicios cruciales para el mantenimiento de la política aperturista del presidente moderado Hasan Rohani, quien espera reforzar su poder frente a los conservadores.
En estas primeras elecciones desde el acuerdo nuclear del pasado julio, casi
55 millones de iraníes están convocados a las urnas para renovar a los
miembros del Parlamento y de la Asamblea de los Expertos (los religiosos encargados de nombrar y reemplazar al guía supremo).
En Teherán y en las principales ciudades se veían largas colas, según
las imágenes de la televisión estatal y periodistas de la AFP.
“Por ahora, 150 personas votaron, es decir, el doble que en las anteriores elecciones” legislativas de 2012, declaró a media jornada Mehdi Jazaie, presidente de un colegio electoral en el centro de la capital.
Hace cuatro años, el índice de participación fue de 64,2% en el país, y de 48% en Teherán.
El guía supremo, Ali Jamenei, fue uno de los primeros en votar en una mezquita situada en el complejo donde reside en Teherán.
“Todo el mundo debe votar, todos aquellos que aman Irán, la República
Islámica, la grandeza y la gloria de Irán”, dijo después de votar.
“Tenemos enemigos”, aseguró Jamenei sin nombrarlos, aunque
habitualmente expresa sus recelos respecto a las potencias occidentales,
especialmente Estados Unidos, a las que acusa de llevar a cabo una política de “infiltración”.
“Hay que votar con perspicacia y con los ojos abiertos” para “decepcionar al enemigo”, añadió.
Al votar en el ministerio del Interior, el presidente Hasan Rohani
declaró que su gobierno veía en las elecciones “una inmensa marca de
confianza” y que el conjunto de instituciones iba a garantizar que sean “legítimas y sanas”.
En un colegio electoral instalado en una mezquita en Teherán, una
iraní de 38 años, Atefeh Yusefi, reafirmó su intención de votar después
de abstenerse en varias ocasiones. “Espero que las reformas mejoren la
situación, ya que la solución no es un cambio de régimen, sino
reformas”, deseó.
Estas elecciones son las primeras desde el histórico acuerdo sobre el programa nuclear iraní que
alcanzaron en julio las grandes potencias y Teherán, y que deberá
permitir al país abandonar su aislamiento y reactivar una economía
debilitada por casi diez años de sanciones internacionales.
Algunas de estas sanciones se levantaron a mediados de enero con la
entrada en vigor del acuerdo nuclear. Rohani, elegido en 2013, confía en
que este avance invierta la tendencia en favor de los reformistas y
moderados, principalmente en el Parlamento.
Esto le ayudaría, especialmente mediante las esperadas inversiones
extranjeras, a aplicar una política de reformas económicas y sociales antes del final de su primer mandato en 2017.
Unos 5.000 candidatos
Tras la retirada a última hora de unos 1.400 candidatos, los iraníes
deberán escoger entre 4.844 candidatos, entre ellos casi 500 mujeres, para renovar los 290 miembros del Parlamento.
Unos 159 candidatos, todos hombres, aspiran por su parte a ocupar los 88 puestos de la Asamblea de Expertos.
En las pasadas legislativas, en 2012, los reformistas boicotearon los
comicios en protesta contra la reelección del presidente
ultraconservador Mahmud Ahmadinejad en 2009, que consideraban
fraudulenta, y dejaron así vía libre a los conservadores. La participación fue entonces del 64,2%.
Esta vez los reformistas participan en las elecciones y, para
aumentar sus posibilidades, presentan una lista conjunta con los
moderados (algunos de ellos conservadores) denominada “Omid”
(“Esperanza”).
Pero el Consejo de los Guardianes de la Constitución, que supervisa
la votación y se encuentra bajo control de los conservadores, vetó a los progresistas más conocidos.
Frente a ellos, una gran coalición de conservadores que, en base a la
línea del guía supremo Ali Jamenei, se preocupan por una eventual
“infiltración” extranjera en Irán, tanto en el terreno político como
económico y cultural.
Los expresidentes Mohamad Jatami (reformista) y Akbar Hachemi Rafsandjani (moderado) pidieron el voto masivo para los candidatos pro Rohani con tal de cortarle el paso “al extremismo”.
Rafsandjani y el propio Rohani optan a un puesto en esta Asamblea y
esperan derrotar a los representantes más conservadores. Esto
representaría una importante victoria para ellos, máxime cuando sus 88
miembros, elegidos para un período de ocho años, podrían designar al
sucesor del ayatolá Jamenei, de 76 años.
Las mesas electorales, que abrieron a las 08H00 (04H30 GMT), cerrarán a las 18H00 (14H30 GMT) y los primeros resultados parciales se conocerán en unas 24 horas.