Más de la mitad de los adolescentes mexicanos no son capaces resolver ejercicios básicos de matemáticas. El último informe Pisa, que analiza los motivos y las consecuencias del bajo rendimientos escolar, destaca que pese a una mejora sustancial de los indicadores durante la última década, México aún tiene trabajo por hacer en materia educativa. La pobreza y la desigualdad siguen colocando a los estudiantes mexicanos entre los más rezagados.
Matemáticas, lectura y ciencia. El informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) publicado este miércoles evalúa esa triada básica de conocimientos en jóvenes de 15 años de 64 países. En los tres apartados, México cae al último puesto en la clasificación de los 34 miembros de la OCDE y en la escala total queda también por detrás de países como Rumania, Bulgaria y Emiratos Árabes Unidos. Además de en matemáticas -55%-, las tasas de fallas graves en la comprensión de lectura -41%- y ciencias -47%- doblan la media del grupo de países más desarrollados.
El informe señala como causa matriz a la desigualdad económica. “Los estudiantes con padres que tengan un nivel alto de educación y trabajos bien pagados se ven beneficiados de un capital tanto económico –clases privadas, mejores ordenadores, libros– cultural –un vocabulario más rico, más tiempo para que sus padres del ayuden– como social –patrones de conducta, red de contactos– que facilita mucho su éxito en los estudios si los comparamos con los hijos de familias con bajos niveles educativos y/o que se encuentran en desempleo, cobrando salarios bajos o en la pobreza”.
Desde un punto de vista estrictamente economicista, el estudio previene de las nefastas consecuencias de descuidar la educación de los jóvenes. Las previsiones de la OCDE para México son que si todos los estudiantes de 15 años alcanzasen por lo menos el nivel básico de rendimiento en las tres disciplinas analizadas, el PIB aumentaría hasta un 50% en los próximas ocho décadas.La tasa de estudiantes rezagados tiene su espejo en los datos de pobreza y precariedad. En México hay 55 millones de pobres, casi el 50% de la población, según las cifras de la agencia mexicana de desarrollo. El salario mínimo cae por debajo del umbral de la pobreza y más de la mitad de la fuerza de trabajo del país está en la sombra de la informalidad. “Un estudiante mexicano socio-económicamente desfavorecido tiene una probabilidad tres veces mayor de tener un bajo rendimiento que un estudiante favorecido”, apunta el informe.
La OCDE reconoce a la vez los esfuerzos de México, que ha logrado reducir un 10% los porcentajes de aprendizaje deficiente en matemáticas y en lectura durante la última década. La tasa sobre baja comprensión en ciencias permaneció inamovible. La reforma del sistema educativo es uno de los caballos de batalla del Gobierno de Peña Nieto. La apuesta pasa fundamentalmente por una remodelación de las condiciones laborales de los profesores –hasta ahora algunos maestros heredaban la plaza–, una desactivación del poder sindical en el sector, heredado del sistema corporativista imperante durante los 70 años de hegemonía priista, y una recentralización en el Estado federal del pago de las nóminas para ahorrar gastos y evitar alianzas fácticas entre los sindicatos y los políticos de los Estados.
El gasto de México en educación primaria y secundaria es similar al de la media de la OCDE. Pero si se baja a desglosar el gasto por alumno en términos absolutos cae a uno de los últimos puestos. En 2012 México gastó 2.600 dólares por estudiante de primaria, tres veces menos que la media de la OCDE.
Otra variable que destaca el informe es el idioma. México, con 68 lenguas y 364 variantes dialectales, es uno de los países con una mayor variedad lingüística del mundo gracias a la riqueza cultural de su población indígena, que a su vez sufre los peores índices de pobreza y exclusión. Los hijos de familias que solo hablen náhuatl, maya, mixteco o zapoteco se ven así doblemente discrimados. “Los estudiantes mexicanos que en casa hablan una lengua distinta a la utilizada en la escuela tiene una probabilidad 86% mayor de tener un bajo rendimiento que los estudiantes que en casa hablan la misma lengua que en la escuela”, reza el informe. De nuevo, la tasa mexicana dobla la media ponderada del resto de países desarrollados.EP