(Reuters) - Venezuela reaccionó el miércoles ante las sanciones impuestas por Washington contra la petrolera estatal Pdvsa con un llamado a los miles de trabajadores de la firma a protestar en las calles, pero aún sin tomar represalias comerciales o diplomáticas concretas.
El martes, el Gobierno estadounidense anunció nuevas sanciones contra el país sudamericano como castigo por el envío a Irán de dos embarques de componentes para elaborar gasolina, valorados en 50 millones de dólares, aunque el impacto real sería muy acotado
Funcionarios del Gobierno liderado por el presidente Hugo Chávez catalogaron las medidas como “ilegales y unilaterales”, pero se reservaron los pasos a seguir en el último de los conflictos entre los dos países.
Fuera del ojo público por una lesión en la rodilla, Chávez se manifestó en la red social Twitter. “Bravo por los trabajadores de Pdvsa. Desde mi trinchera, vaya mi saludo solidario y mi palabra de aliento a todos”, escribió el líder socialista el miércoles.
En la sede principal de Pdvsa en Caracas, los organizadores esperaban aglutinar a unos 1.000 trabajadores mientras que en todo el país la cifra llegaría a 6.000.
“Ante la agresión, los trabajadores estamos rodilla en tierra para defender a Venezuela. La agresión del imperio no es sólo contra Pdvsa, sino contra Venezuela”, dijo José Arias del Frente de los Trabajadores Petroleros.
Pero, detrás de la retórica, el pragmatismo probablemente prevalecerá en ambos lados, dijeron analistas.
El Gobierno del presidente Barack Obama quería enviar un fuerte mensaje a Venezuela, pero sin agitar los mercados petroleros o reducir los envíos de uno de sus cinco principales proveedores.
Por ello las sanciones, aunque muestran la desaprobación por los lazos de Chávez con Teherán, son relativamente suaves en la práctica.
Las sanciones impedirán a Pdvsa acceder a contratos con el Gobierno estadounidense y a financiamiento para importar y exportar, pero no afectan por ahora las enormes ventas de petróleo de la empresa a Estados Unidos, ni las actividades de sus subsidiarias, como la filial de refinación Citgo.
“Es un jalón de orejas”, dijo el analista local Angel García Banchs. “Hasta ahora Pdvsa no sale afectada en la práctica”, agregó.
Sin embargo, el analista de IHS Global Insight, Diego Moya-Ocampos, dijo en una nota a clientes que la movida de Estados Unidos “es una advertencia de que sanciones más severas podrían seguir”.
“Interdependencia mutua”
Sin embargo, no habría una manera sencilla, según dijeron los analistas, de que Venezuela corte sus lazos comerciales con la nación que compra cerca de un 45 por ciento de su crudo y que ayuda a mantener a flote a su economía, especialmente cuando emerge de una recesión de 21 meses.
“La profunda interdependencia mutua de Estados Unidos y Venezuela en el sector petrolero es claramente una limitación para ambas partes”, dijo la consultora Eurasia Group en un reporte, donde también pronosticó que Venezuela desistiría discretamente de ventas adicionales a Irán.
“Chávez tendrá mucho que perder si el Gobierno de Obama impone sanciones adicionales, ya sea en términos de exportaciones petroleras o de emisión de deuda”, indicó.
En los mercados internacionales los bonos de Pdvsa en circulación ampliaban sus ganancias al inicio de la sesión del miércoles, después de cerrar con caídas en torno al 1 por ciento en una volátil sesión el martes.
No obstante, más tarde el miércoles retomaron las pérdidas.
El bono Pdvsa con vencimiento en 2027 perdía un 0,02 por ciento en la jornada, después de haber cerrado con caídas del 1,2 por ciento en la víspera.
Chávez ha amenazado con interrumpir los envíos de petróleo a Estados Unidos durante numerosas oportunidades desde que llegó al poder en 1999, pero las amenazas no se han materializado.
Por Andrew Cawthorne y Eyanir Chinea
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