Se viene una noche futbolera sensacional que a la Selección para bien o para mal tal vez marcará. Seguro determinará si Messi y compañía continúan en esta Copa América que de entrada los maltrató al extremo. Nacen las series mano a mano sin espacio para revanchas. Lo que habrá que descubrir, aparte del resultado, es cómo recorrerá Argentina este clásico con Uruguay que atrapa y que a esta ciudad conmueve. Aunque sean épocas de exitismo caníbal, siempre valen las formas. Y más en este caso. Porque es un ciclo que recién empieza. Porque hay una idea que se busca fortalecer. Nada mejor que hacerlo esta noche aquí, en la cancha de Colón, desde las 19.15, en un partido tan grande y con tanto en juego. Si empatan, jugarán media hora más. Y de última, habrá penales.
Es riesgosa pero saludable la elección de Batista. Tras los inesperados pasos en falso ante Bolivia y Colombia, repetirá la formación que goleó a Costa Rica. Eso sí, Argentina no encontrará tantas flaquezas enfrente ni tantas libertades.
Aunque nunca se afirmó en la ronda inicial y mostró una versión muy lejana a esa que lo ubicó cuarto en Sudáfrica, Uruguay es una medida ideal para saber si la producción ante Costa Rica fue el despegue o se hizo fiesta por la debilidad rival.
Uruguay sabe cerrarse atrás pegando a sus volantes de contención con los defensores. Uruguay seguro rodeará a Gago, el del primer pase claro argentino. Uruguay seguro escalonará a Messi, quien en principio arrancará desde la derecha. Uruguay seguro tomará precauciones con Agüero, Higuaín y Di María.
Además, Uruguay no se limitará a defender. Y especulará con las urgencias de Argentina acentuadas por la localía y por la obligación de responder en el estadio donde peor jugó y fue tratada por el público. En ese contexto, habrá que prestarles atención a Suárez y a Forlán. Y a cada jugada con pelota detenida. No es una misión menor para una defensa que no transmite seguridades.
A volcar la idea de toque y de posesión con paciencia, esperando el instante justo para la explosión y sin espaciarse entre líneas para evitar malas noticias atrás. Y a ilusionarse con Messi, quien llega con una moral a la altura de lo que es: el mejor del planeta.
EL CLARIN