Tras haber encontrado sin vida el cuerpo del sargento adscrito al Comando Número 1 de la Guardia Nacional, Harold Molina, su madre, Crisela Maracay, sigue acudiendo a las instituciones del Estado para exigir la asignación de un Fiscal Nacional que lleve el caso y haga justicia.
Molina estuvo cuatro días desaparecido y, según notificó su madre, 200 efectivos militares trataron de dar con él en el estado Táchira, pero no fue hasta que ella llegó a la entidad que se consiguió el cuerpo. "Tenía cuatro días muerto, con señales de tortura. Luego le dieron tiros en las piernas. Yo vi el cuerpo de mi hijo", expresó.
Señaló que no está al tanto de si las heridas de bala provenían de un armamento militar o civil.
Maracay solicitó una investigación por parte de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM), pero a raíz de un video que presentó con el testimonio de algunos civiles que denunciaron a dos oficiales que aparentemente estaban vinculados con el tema, este organismo no atendió más el caso.
La madre del Sargento presume que su hijo fue víctima de una pugna entre militares de la Guardia Nacional. "Hay militares de menor rango que quieren mandar más. Mi hijo fue puesto en ese puesto (en Táchira) por el general Márquez. Él era administrador de la comuna", acotó.
Asimismo, Maracay advirtió que la esposa del fallecido, quien también pertenece a la Guardia Nacional, no quise encargarse de las averiguaciones porque teme por su vida y la de sus dos hijos.