El pasado 07 de junio un fenómeno inusual en la superficie solar captó la atención de más de un centro de investigación de Estados Unidos.
Los satélites detectaron un destello del tipo de los rayos-X proveniente de la orilla occidental del Sol. El registro del fenómeno fue medio en la escala de Richter de las erupciones solares.
Sin embargo, al ver la grabación advirtieron que tal proceso “tenía un aspecto singularmente dramático causado por un material oscuro que lo teñía”. “Nunca habíamos visto nada igual”, dijo Alex Young, un físico solar del Goddard Space Flight Center.
El físico solar Angelos Vourlidas explicó que la explosión se produjo por un filamento magnético inestable cercano a la superficie del Sol.
“Ese filamento fue cargado con plasma frío que estalló en una lluvia de manchas oscuras y serpentinas”, agregó el también investigador del Laboratorio de Investigación Naval de Washington.
Las burbujas que produjo la explosión registraron una temperatura media de 20.000 grados Kelvin, que es relativamente fría en comparación al gas del Sol que las rodeaba y que alcanza una temperatura de 1.000.000 grados Kelvin, informó la NASA.