El Museo Rodin descubre la obra del gran escultor francés de la segunda mitad del siglo XIX, François-Auguste-René Rodin (1840-1917), desde el ángulo novedoso de sus dibujos, fundamentalmente de desnudos femeninos, a los que dedicó buena parte de su energía artística en los veinte últimos años de su vida.
"Son colores arbitrarios, que no tienen nada que ver con la realidad y que al principio destacan de forma central el desnudo femenino", comentó en una entrevista con Efe la comisaria de la muestra, Nadine Lehni.
Un desnudo que poco a poco "gana importancia en la hoja, hasta terminar disolviendo el dibujo inicial en un lenguaje que ya es sólo color y línea", añadió.
El conjunto revela la extrema audacia de los temas elegidos por Rodin, quien "parece repetir permanentemente esta misma búsqueda del modelo femenino y del cuerpo de la mujer desnuda", explicó.
El artista lo logró, dijo Lehni, gracias a la estrecha proximidad "instaurada con el cuerpo de la modelo", quien se ofrece al artista con absoluta libertad.
Esta proximidad sin cortapisas inunda el taller de Rodin veinticuatro años después de que Gustave Courbet pintase su hoy celebérrimo "L"origine du monde" (1866), primer plano de un pubis femenino y del cuerpo de una mujer desnuda.
Aunque a diferencia de Courbet, Rodin se lanzó a descubrir y redescubrir los abismos del sexo y del cuerpo femenino desde un sinfín de ángulos y lejos de todo clasicismo.
Rodin no conocía la obra del pintor, "quien sólo hizo un cuadro sobre ese tema y lo ocultó", mientras que él "multiplicó esta proximidad con el modelo", que era algo "totalmente nuevo" en su época, y además mostró y expuso sus dibujos, subrayó Lehni.
El título de la muestra, "La Saisie du modèle. Rodin 300 dessins 1890-1917", resume la intención de presentar una importante selección de hojas del artista, de las que el Museo conserva más de 7.000, explicó la comisaria.
La ocasión de ver estas obras es única, pues no hay un espacio permanente dedicado al dibujo "por ser un material demasiado frágil" como para exponerlo así, resaltó.
Los 300 dibujos seleccionados corresponden al período en el que para Rodin el dibujo era tan omnipresente como la escultura.
EFE