Al menos un vehículo está ardiendo en la plaza, que ayer acogió una multitudinaria manifestación para reclamar que los militares traspasen el poder a una autoridad civil.
La policía ha arrojado gases lacrimógenos y realiza disparos al aire para dispersar a los jóvenes, que responden arrojando piedras, aunque han emprendido la huida del lugar y la policía ha recuperado el control del centro de Tahrir.
En estos momentos, la plaza está vacía de manifestantes e invadida por los gases lacrimógenos.
Según testigos presenciales, hay centenares de policías en torno a la sede del Ministerio del Interior, adonde se han enviado refuerzos, mientras que unos 60 camiones policiales bloquean el acceso a los alrededores.
Salman Abdelaziz, un estudiante de 18 años, explicó a EFE, mientras recuperaba fuerzas para volver a enfrentarse a la Policía, que los "revolucionarios" están repartiendo mascarillas a la gente.
Abdelaziz dijo que los policías "comenzaron a atacar, tirando cócteles molotov y gases lacrimógenos", y aseguró que participa en los choques porque siente que "este país necesita un cambio que no ha tenido en 30 años".
Los efectivos desplegados pertenecen a los cuerpos de seguridad, pero no a las Fuerzas Armadas.
Mientras, decenas de curiosos observan a los manifestantes en torno a la plaza, que se mantiene abierta al tráfico rodado pese a que las tiendas ya han echado sus cancelas.
EFE