La Asamblea General de la ONU guardó este jueves un minuto de
silencio, pese al rechazo de algunos países, en memoria del
líder norcoreano, Kim Jong-il, fallecido el sábado a consecuencia de un
infarto cuando viajaba en su tren privado, según la versión oficial de las
autoridades de Corea del Norte.
"Tengo el triste deber de rendir tributo a la memoria de Kim Jong-il,
secretario general del Partido de los Trabajadores de Corea y comandante supremo
del Ejército de la República Popular Democrática de Corea", señaló el presidente
de la Asamblea General, el catarí Abdulaziz Al Naser, antes de
iniciar el minuto de silencio en memoria al dictador asiático.
Sin embargo, algunas delegaciones occidentales mostraron su rechazo a tal
homenaje y consideraron que no era apropiado, y fuentes diplomáticas apuntaron a
que una petición similar ante el Consejo de Seguridad, hecha por la
representación de Corea del Norte, había sido rechazada.
Al Naser transmitió "condolencias" al Gobierno y al pueblo de Corea del Norte
y recordó el fallecimiento del líder norcoreano ante una Asamblea General medio
vacía y en la sobresalieron las ausencias en señal de protesta
de los representantes de los países occidentales, entre ellos Estados Unidos y
los países de la Unión Europea (UE), además de Japón.
Los representantes de Corea del Norte se levantaron durante el minuto de
silencio, que fue secundado por diplomáticos de diversos países como Cuba, Haití
o Chad, entre otros, mientras que un grupo de diplomáticos africanos mostraron
su respeto agachando la cabeza en memoria del dictador norcoreano.
El minuto de silencio se mantuvo poco antes de que la cámara celebrara una
reunión del segundo comité y respondió a una petición realizada por la
delegación de Corea del Norte ante la ONU, según había explicado antes a la
prensa el presidente de la Asamblea General, donde están representados los 193
miembros de la ONU.
La petición fue aceptada porque el protocolo de la ONU garantiza ese derecho
a cualquier Estado miembro que así lo pida "ante la muerte de su líder", explicó
el mismo Al Naser, quien, antes de iniciar el homenaje, justificó diciendo que
lo hacía "siguiendo las prácticas existentes".
Pésame de la ONU
El homenaje a Kim Jong-il se produjo pese a que el pasado lunes la misma
Asamblea General adoptara una resolución de condena de las violaciones de los
derechos humanos que ocurren bajo el régimen estalinista en Corea del Norte,
entre los que se incluyen desde restricciones a la libertad de expresión,
religión y reunión a las ejecuciones públicas o a las detenciones
arbitrarias.
La ONU remitió ya su pésame al pueblo coreano esta misma semana, cuando la
subsecretaria general de Naciones Unidas, Asha-Rose Migiro, acudió a la misión
de Corea del Norte ante el organismo internacional para firmar el libro de
condolencias en memoria de Kim Jong-il "de parte de Naciones Unidas", recordó el
portavoz del organismo, Martin Nesirky.
Sin embargo, el secretario general de la ONU, el surcoreano Ban
Ki-moon, se limitó el pasado lunes a reafirmar en un escueto comunicado
su compromiso con la paz y la seguridad en la península de Corea.
El máximo responsable de la ONU envió entonces "su simpatía a los norcoreanos
en este momento de duelo nacional" y mostró la disposición "del sistema de
Naciones Unidas para seguir ayudando al pueblo de Corea del Norte", pero no
mencionó al fallecido dictador norcoreano.
El sistema de Naciones Unidas ha estado proporcionando asistencia humanitaria
a los norcoreanos, donde 6 millones de personas sufren este año la crisis
alimentaria del país y el 33 % de los menores de cinco años padece
malnutrición.
La ONU considera que los norcoreanos sufren una serie de problemas complejos
como la pobreza crónica, el subdesarrollo y fallas estructurales con
implicaciones humanitarias.
El Consejo de Seguridad de la ONU tiene impuestas sanciones sobre Corea del
Norte a consecuencia de los ensayos nucleares y los ataques balísticos que desde
2006 ha realizado el régimen de Pyongyang.
EFE