(AFP) – Cautelosos, pero con grandes expectativas, los cubanos
esperan que el gobierno de Raúl Castro anuncie el viernes ante el Parlamento una
reforma migratoria que les permita viajar libremente al exterior,
después de medio siglo de restricciones.
“Ojalá que Raúl abra el banderín y podamos viajar sin tantos
problemas (trámites y dinero). Sería un buen regalo de Navidad”, declaró a la
AFP Luis Peña, un ingeniero de 37 años que hace 30 tiene a su madre en
Miami.
El hombre, que admite haberse “quedado sin amigos de la infancia”,
pues “todos se fueron”, aseguró que “nunca” ha pensado en emigrar,
aunque le gustaría trabajar temporalmente en otro país para “mejorar” su
economía, más ahora que nació su primer hijo.
Viajes de los cubanos
Los cubanos sólo pueden viajar al exterior con una carta de
invitación, requieren un permiso de salida oficial y deben pasar un
proceso burocrático largo y costoso, de más de 500 dólares sin contar el
pasaje.
También requieren visas oficiales de los países que visitan,
por lo que, sin la necesidad de la autorización de su gobierno, sólo se
resolvería una parte del problema.
El 1 de agosto, Raúl Castro, anunció que “flexibilizará” la política
migratoria para poner fin a unas restricciones que perduraron
“innecesariamente” -están vigentes desde 1961-. Desde entonces las expectativas
comenzaron a crecer.
Testimonio de un cubano
Adonis González, un chofer de 38 años, era uno de los 200
cubanos que aguardaba este viernes su turno en el Consulado de España
en La Habana para tramitar su ciudadanía española en virtud de la ley de Memoria
Histórica, lo que simplificaría, y sobre todo abarataría, sus trámites para
viajar al exterior.
“Todo el mundo está a la expectativa de esa ley, pero es un tema muy
complejo, que ha dividido a la familia cubana y enfrentado a Cuba con
Estados Unidos durante 50 años. Así que nadie sabe lo que se aprobará, si es que
finalmente se aprueba”, comentó González.
“En todo caso, si se aprueba el viernes, no creo que podamos viajar
el sábado”, bromeó el chofer, con tono pesimista.
Algunos especialistas señalan que Raúl Castro prevé eliminar los permisos de
salida (para los cubanos en la isla) y de entrada (para los emigrados), cuya
obtención es engorrosa y cara, así como la condición legal de “emigrado
definitivo”, al que se le confiscaban sus bienes y se le denegaba el retorno
permanente a su país.
“Si, como dicen, todo eso se elimina, la vieja (madre) podría viajar con más
frecuencia” a la isla, dijo Peña, que sólo ha podido verla una vez desde que se
marchó de la isla, en 1980, durante la denominada “Crisis del Mariel”, uno de
los principales éxodos masivos en el que emigraron 141.000 cubanos
¿Por qué hacer la reforma ahora?
La reforma migratoria es motivo de corrillos en las calles
y, aunque ignorada por la prensa cubana, bajo control estatal, sí fue
ampliamente abordada en los blogs tanto oficialistas como críticos del
Gobierno.
El bloguero revolucionario Yohandry, habitualmente bien informado, dijo
no tener seguridad de que el tema fuera tratado en recientes
reuniones del gabinete y en comisiones parlamentarias, pero sí opinó
que “es inminente el anuncio de cambios”.
Por su parte, la bloguera opositora Yoani Sánchez, que ha
intentado infructuosamente viajar al exterior 18 veces desde que se repatrió en
2002 tras vivir dos años en Suiza, sostuvo que “el rumor no la deja dormir”, en
una entrada de su blog Generación Y, bajo el título “Con la maleta
preparada”.
La eliminación del permiso de salida es una demanda de la
población, la Iglesia Católica, intelectuales y artistas como los
afamados cantautores Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.
“Aspiro a un socialismo cada vez más democrático y participativo” y “a ver
pronto esa reforma migratoria que se anuncia y no acaba de llegar. Seguro no va
a ser perfecta”, pero “lo que no empieza no puede progresar”, señaló en
septiembre Rodríguez en una entrevista con el semanario Trabajadores.
La reforma migratoria forma parte de la política de Raúl Castro de
eliminar prohibiciones “excesivas”, como las que impidieron a los
cubanos durante medio siglo la compra-venta de casas y autos, hospedarse en
hoteles o adquirir libremente computadoras, ya levantadas.
No obstante, aseguró González, con un salario promedio de 20 dólares al mes,
la mayoría de los cubanos no podría “salir hoy ni a la
esquina”.
Eunice Placeres, que trabaja como “Habanera (figura costumbrista) por las
calles del centro histórico, coincide con el chofer: “La medida sería muy
positiva, pero para viajar hay que tener dinero”.