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jueves, 22 de diciembre de 2011

DPA: 2011, el año en que Libia se liberó del clan Gadafi


(dpa) - Muchos países árabes lograron en 2011 una ruptura con el pasado y un comienzo de cero, pero quizá el mayor cambio tuvo lugar el Libia, donde la familia Gadafi perdió el poder ostentado durante más de 40 años y el propio líder encontró incluso la muerte.

La mayoría piensa en Gadafi espontáneamente cuando se habla de Libia, pero 2011 pasará a la historia como el año en que el país dejó de ser del autoritario mandatario.

El hijo del desierto llevó la voz cantante durante casi 42 años y sus palabras eran la ley. En la cumbre de sus delirios de grandeza, el “hermano líder” de la revolución, con predilección por llamativos uniformes y ropa de fantasía, se hizo llamar “rey de los reyes de África”. Pero el 20 de octubre de este año, el déspota perdió la vida en su ciudad natal, Sirte, a manos de un grupo de civiles armados.

El levantamiento en su contra comenzó el 15 de febrero, cuando en el este del país los primeros manifestantes salieron a las calles, inspirados por los éxitos del movimiento de protestas en los vecinos Túnez y Egipto.

Primero protestaban por la detención de un abogado, pero pronto comenzaron a gritar: “El pueblo quiere la caída del régimen” y “¡Gadafi, fuera, fuera!“. Uno de los manifestantes de entonces asegura: “Sabíamos que arriesgábamos nuestras vidas, porque bajo Gadafi no se toleraba protesta alguna”.

Pronto creció el movimiento opositor. Las tropas del gobierno abrieron fuego y todo se sucedió muy rápido. Los opositores a Gadafi se defendieron y asaltaron los almacenes de armas, dando comienzo a una guerra en la que acabó interviniendo la OTAN tras una entrada previa del Consejo de Seguridad de la ONU.


En marzo, se decidió en Nueva York el establecimiento de una zona de exclusión aérea sobre Libia y se aprobaron todas las medidas necesarias para proteger a la población civil. Gadafi apenas pudo impedirlo y amenazó a las “ratas” del feudo rebelde Bengasi con la aniquilación.

El 20 de marzo, envió sus tanques a las puertas occidentales de Bengasi. Y entonces el gobierno francés decidió actuar en solitario y envió yets de combates a Libia, que destruyeron los tanques uno tras otro en el momento en cuanto el primer tanque lanzó la primera granada contra una vivienda.

Pero Gadafi se mostró testarudo y desde Trípoli mandó a combatir a sus tropas cuando la OTAN asumió la aplicación de la zona de exclusión área y comenzó a bombardear a sus brigadas que intentaban atacar a los revolucionarios. El coronel incluso reclutó soldados en el extranjero.

Los opositores, cuyas tropas estaban integradas en su mayor parte por voluntarios sin conocimiento y formación militar, se lo agradecen sin embargo a la alianza atlántica, porque saben que sin ese apoyo la capital Trípoli habría sido inalcanzable. Pero esa barrera se derribó en agosto. Trípoli cayó y Gadafi y sus hijos abandonaron la capital. Sin embargo, en Bani Walid y Sirte los gadafistas ofrecieron resistencia hasta octubre. Ahora, todo ha terminado.

Gadafi fue encontrado agazapado en un gran tubo de hormigón en Sirte y sacado a la fuerza. Sufría heridas de bala y cayó en manos de las tropas revolucionarias. Poco después murió. Aún está pendiente una completa investigación de las circunstancias de su muerte y es posible que nunca tenga lugar.

El mismo día murió en Sirte su hijo Mutassim. Otro de sus vástagos, el fanático del fútbol Al Saadi, está en Túnez. Seif al Islam fue detenido en el sur de Libia y encarcelado. La mujer de Gadafi, Safiya, y su hija Aisha -que tras la muerte de su padre siguió llamando a la resistencia contra los nuevos gobernantes desde su exilio en Argeli- se trasladaron al parecer a Sudáfrica.

Mientras, en Trípoli gobierna un Ejecutivo de transición y ya se han vivido los primeros problemas entre los distintos clanes y las tropas de combate. Pero en estos momentos, lo que impera en la mayoría de los casos es el alivio por haber liberado el país del clan Gadafi.