(EFE).- La secretaria estadounidense de Estado, Hillary Clinton, pidió hoy a la
comunidad internacional no ignorar ni despreciar la posibilidad de que haya
grupos terroristas que quieran o intenten cometer atentados empleando
armas biológicas .
“La capacidad de los terroristas y otros actores no estatales para
desarrollar y usar esas armas está aumentando”, declaró Clinton
durante su discurso ante la Conferencia sobre Armas Biológicas que se celebra
desde el lunes en la sede de la ONU en Ginebra.
Clinton comentó que hay voces en el seno de la comunidad internacional que
dudan sobre la posibilidad de una acción terrorista de estas características,
basándose en el hecho de que no ha ocurrido en ningún lugar del mundo en los
últimos años.
“Llegan a la conclusión de que el riesgo debe ser bajo, pero déjenme ser
claro. Estados Unidos no ha llegado a esa conclusión. Las
señales de advertencia son demasiado serias para ignorarlas”, dijo la secretaria
de Estado, que aseguró que hay grupos terroristas que han dejado clara su
intención de adquirir y usas esas armas.
Clinton recordó el impacto en el metro de Tokio en 1995, cuando la secta
“Verdad Suprema” roció un líquido con esporas de ántrax y liberó gas sarín, y
los ataques con ántrax que sufrió su país en 2001, que costaron la vida a 5
personas y sembraron el pánico.
Aludió también a las evidencias encontradas en Afganistán en 2001 sobre los
planes de Al Qaeda de atentar con armas biológicas y al llamado de hace menos de
un año de la rama de red terrorista en la península Arábiga para que
“los hermanos con conocimientos en microbiología o química” se
unieran a los esfuerzos para “desarrollar armas de destrucción masiva”.
La jefa de la diplomacia estadounidense subrayó que cada vez es más fácil
desarrollar este tipo de armas, pero que “sigue siendo extremadamente difícil
detectarlas, porque casi cualquier tipo de investigación biológica puede servir
a fines civiles y militares”.
“El mismo equipamiento y el mismo conocimiento técnico empleado para
investigaciones legítimas que buscan salvar vidas se pueden
emplear también para conseguir enfermedades mortales”, indicó.
Clinton urgió a los 165 firmantes de la Convención sobre Armas Biológicas a
que cumplan fielmente sus compromisos de renunciar al desarrollo de
estas armas y a ser lo más transparentes posible, y les invitó a aunar
esfuerzos para detectar posibles amenazas.