DPA: La historia en tweets, una nueva forma de entender el pasado
(DPA) - “Estamos en 1939″. Bueno, exactamente estamos 72 años más tarde
pero, para el proyecto en Twitter del británico Alwyn Collinson, el
mundo está reviviendo la Segunda Guerra Mundial en “tiempo real” una
vez más.
Si bien Twitter, más que ninguna otra red social, ha dado una vuelta de
tuerca extra al concepto de inmediatez, este joven licenciado en Historia por la
Universidad de Oxford está utilizando esta herramienta para todo lo contrario:
revivir de una forma diferente el pasado.
Y, quizás así, comprender mejor de lo que pueda explicar cualquier libro de
historia lo que sucedió en el conflicto bélico más devastador hasta la
fecha.
“Quería recordarle a la gente que los que lucharon en este conflicto no eran
sólo nombres en un pedazo de papel o meras cifras de muertos”, explicó Collinson
a la agencia dpa en entrevista telefónica.
“Se trata de su punto de vista y de cómo debe haber sido vivir esa guerra,
que escuchas que la guerra ha empezado y que, ya seas británico o alemán, no
sabes lo que va a pasar, cuál será el resultado, tienes incertidumbre, shock y
miedo”.
Y así desde el primer tweet de @RealTimeWWII, el 31 de agosto:
“Tropas de las SS vestidas como polacos están atacando un transmisor de radio en
Gleiwitz, para proporcionar un pretexto a Alemania para atacar
Polonia”.
La idea, señaló, no es sólo relatar los grandes hechos
históricos, sino también otras batallas más olvidadas y, sobre todo,
las pequeñas historias humanas -de todos los lados- que, según él, “no caben en
los libros de historia”.
Como detalles de las primeras semanas de la “Guerra de Invierno”, que estalló
cuando la Unión Soviética invadió Finlandia el 30 de noviembre de 1939.
“Una mujer dejó cerillas y madera para que las tropas quemen su recién
limpiada casa. ‘Cuando uno le hace un regalo a Finlandia, quiere que sea
como nuevo’”, reza uno de los tweets de la noche del 30 de noviembre,
cuando los finlandeses evacuaban las zonas amenazadas por las tropas
soviéticas.
“Es realmente importante usar las propias palabras de la gente (…) eso nos
recuerda que la historia no es una verdad objetiva, sino que es vista a través
de los ojos de la gente, algo que merece la pena recordar”, sostuvo.
Según Collinson, Twitter es el medio ideal para ello: Con los breves mensajes
de este medio social “la gente, por un momento, puede recibir un pedazo
de pasado desde el punto de vista de la gente que lo vivió, una
historia que no saben cómo va a terminar”.
“Y así -continuó- quizás podamos apreciar sus pensamientos y sentimientos un
poco mejor si vemos cómo suceden los eventos como ellos lo hubieran vivido”.
Collinson no es exactamente un pionero en la “recreación” de la
historia a través de Twitter.
En la red existen numerosas “aventuras” históricas vividas a través de
tweets, desde la fatal expedición de Robert Falcon Scott al Polo Sur a
principios del Siglo XX (@CaptainRFScott) hasta la Guerra de la Secesión
estadounidense que realiza como proyecto el diario “The Washington Post”
(@CivilWarwp).
Desde 2009 además, un grupo de entonces jóvenes estudiantes estadounidenses
crearon una web, TwHistory (www.twhistory.org), que permite a
estudiantes y aficionados recrear algún acontecimiento histórico, como
el hundimiento del Titanic o la batalla de Gettysburg.
La web proporciona las herramientas para enviar los tweets de forma
escalonada y según los diversos protagonistas escogidos para cada
historia, desde personajes famosos hasta personas anónimas que tuvieron
la suerte o mala fortuna de estar en el momento adecuado -o equivocado, según se
vea- en que se hacía historia.
Para Marion Jensen, uno de los fundadores de TwHistory, twitter ofrece una
manera distinta, única, de conocer la historia.
“Si me pongo a estudiar la batalla de Gettysburg que sucedió en el transcurso
de tres días, puedo sentarme a ver una película que dure tres horas, o leer un
artículo de Wikipedia en 20 minutos, o puedo dar un curso en la universidad
durante seis meses. Lo que twitter permite es una recreación en tiempo
real”, explicó a dpa.
Twitter permite “conectar con personas a las que un libro de historia
puede no atraer, que piensan que son aburridos. Obviamente, un tweet no
puede reemplazar a un libro, pero lo que espero poder hacer es enganchar a la
gente e interesarla lo suficiente para que luego vayan a leerse un libro” sobre
el tema.
Y por el momento parece estar teniendo éxito.
En los poco más de 3 meses que lleva twiteando la II Guerra Mundial,
Collinson no sólo se ha ganado la atención de medios como “The New York Times”,
que le dedicó un largo artículo, sino que ha logrado ya más de 160.000
seguidores -y la cifra aumenta cada día- de su cuenta, que alimenta a
diario con una media de entre diez y 20 tweets.
Hasta cuenta ya con voluntarios que los traducen al español, ruso,
francés, árabe, portugués y hasta chino, con planes de lanzar en breve
también la versión alemana, y así alcanzar una dimensión, dice, más
“multicultural” en sus tweets.
El poder de las redes sociales
Pero más que los que leen sus mensajes, a Collinson lo que le
enorgullece es la cantidad de gente que, dice, se comunica con él desde el
primer día para participar en el relato bélico ofreciéndole
información, fuentes, que van desde los libros de historia y periódicos
de la época hasta extractos de diarios personales de soldados, cartas y otros
pequeños documentos a menudo olvidados.
Aunque no sea un proyecto totalmente innovador, sí es quizás el más
ambicioso, ya que Collinson, de 24 años, proyecta continuarlo “a tiempo
real” durante los seis años que duró la guerra.
Sabe además que, conforme avance, se irá topando con temas cada vez
más difíciles, como el Holocausto.
“Espero afrontarlo de una manera sensible”, admitió y señaló que ya ha sido
contactado por un archivo de material sobre el Holocausto de Estados Unidos que
le ofreció ayudarle cuando llegue a esa etapa.
“Creo que lo importante es mantenerme fiel a la idea de contar las historias
de la gente involucrada. No quiero adoptar una postura moral, creo que los
eventos hablan por sí mismos, y lo que haré será reflejar los crímenes
cometidos por todas las partes, porque todas las historias merecen ser
contadas”, adelantó.
“Espero que nadie se enfade, pero si lo hacen supongo que ese es el precio a
pagar porque, si alguien merece que se cuente su historia como la
vieron, es la gente que sufrió los terribles crímenes de guerra”,
confió.
Aunque con el éxito de su proyecto Collinson quizás esté ayudando más que
nadie a darle una vuelta a la forma de contar o estudiar la historia, este joven
tampoco considera que twitter sea la panacea o una nueva herramienta
revolucionaria, como algunos la celebran desde el intenso uso de las
redes sociales en la “primavera árabe”.
Para Collinson, “el impacto de twitter está tremendamente
exagerado”.
“Creo que twitter, Internet y las redes sociales no son más que una forma más
de comunicación, la gente siempre ha expresado sus opiniones, siempre ha
mantenido correspondencia y se ha organizado para revoluciones o lo que sea
usando medios”, recordó el historiador que lleva dentro.
“Sólo es una manera más para que los humanos se comuniquen, aunque
aporta nuevas e interesantes cosas”, admitió.
La pregunta que queda en el aire es qué habría pasado si durante la II Guerra
Mundial la gente hubiera podido comunicarse de forma inmediata de uno a otro
extremo del planeta y si expertos en propaganda como el régimen nazi hubieran
podido usar estas herramientas
“Creo que los nazis habrían odiado twitter”, rió Collinson. “La
propaganda estaba muy basada en tener una sola fuente” de información,
recordó.
Pero no deja de preguntarse si una herramienta así habría cambiado el
transcurso de la guerra… o al menos las versiones de lo que se sabía o
no en su momento.
“Creo que twitter le habría puesto difícil a la gente negar su conocimiento
(de lo que estaba pasando), o les habría ayudado al menos a atar cabos,
la escala de lo sucedido se habría conocido”.
Aunque Collinson asegura que con su propio proyecto ya tiene bastante,
espera que su idea anime a otros a reencarnar otros acontecimientos
históricos que hasta podrían ayudar a entender mejor la actualidad.
“Como la Gran Depresión, eso nos daría un montón de lecciones
interesantes de esa época”, apuntó