Un grupo internacional de investigadores, entre ellos españoles, ha
hallado ojos fósiles con unas 30.000 lentes cada uno y cerca de 515 millones de
años que pertenecieron a "Anomalocaris", un depredador marino de boca
circular con afiladas placas con uno de los sistemas de visión más agudos de la
época.
Estas son las principales conclusiones de un estudio publicado en
la portada de la revista Nature que confirma que algunos de los primeros
animales adquirieron rápidamente una visión muy desarrollada, un arma
tremendamente poderosa para los depredadores.
Los tres ejemplares
han sido encontrados en el yacimiento paleontológico de Emu Bay Shale, en Isla
Canguro (Australia).
Diego García-Bellido, investigador del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España explicó a Efe
que lo descubierto son dos ojos de unos 2,2 centímetros de largo y 1,2 de ancho
de un mismo animal, y un tercer ojo de otro ejemplar un poco más grande, de unos
3 centímetros.
Los ojos de este fósil australiano tienen forma de
pera y no hemisférica como los ejemplares canadienses, y ponen de
manifiesto que la superficie ocular poseía como mínimo 16.700 lentes
hexagonales.
Esto sólo en una de sus partes -la otra parte no se puede
ver al estar el fósil aplanado en la roca-, por lo que los investigadores
suponen que el número total de lentes es de al menos de 30.000 en cada ojo, lo
que equivaldría a 30.000 píxeles fotográficos.
Las lentes
producen cada una un píxel de resolución visual, lo que quiere decir que el
"Anomalocaris" al que pertenecieron los ojos encontrados veía el mundo con una
resolución de 30.000 píxeles por ojo, lo que es comparable a la visión
de los artrópodos con la vista más aguda de la actualidad, las libélulas (con
28.000 lentes).
"Son los ojos más desarrollados en cuanto al número de
lentes encontrados hasta ahora", confirmó el paleontólogo del CSIC y uno de los
firmantes de este trabajo, quien subrayó que este "Anomalocaris" de más
de un metro de largo y un par de robustos apéndices cazadores poseía la vista
"más aguda" que se conoce en el registro fósil.
EFE