Barcelona intentará hacer valer su preeminencia en las eliminatorias ante el Real Madrid y el 1-2 de la ida para asegurarse su pase a las semifinales de Copa del Rey, eliminado al vigente campeón de la competición, que vive un ambiente enrarecido en los últimos días.
El 1-2 en la ida, la sensación de superioridad, el pisotón de Pepe y los rumores sobre el futuro de José Mourinho, cuestionado incluso por la propia hinchada madridista, centran un partido de vuelta en el que los catalanes lo tienen todo a su favor frente a un rival excelso en la Liga, pero que padece la tiranía del equipo de Pep Guardiola en las eliminatorias.
El Barza pasó por encima en las semifinales de la "Champions" de la temporada pasada (0-2 y 1-1) y ha encarado con un 1-2 la actual de Copa de este año. Extrapolando los datos a la llegada de Guardiola, los números son muy favorables a los azulgranas: nueve victorias, tres empates y una derrota (la final copera de Mestalla).
Pero fiel a su manera de entender el fútbol, Guardiola ha pedido trabajo y recelo ante las opciones de clasificación del rival, consciente de que la eliminación en la Copa también pudiera tener "daños colaterales" en la lucha por la Liga, competición que domina el equipo madridista.
Por su parte, el equipo de José Mourinho llega en su momento más convulso de la temporada. Su buena línea en Liga, que lidera con cinco puntos de distancia a su eterno rival, y la perfección por el momento en Liga de Campeones no han podido frenar el terremoto surgido de un nuevo batacazo en un clásico.
Sin los lesionados Sami Khedira y Ángel Di María, el técnico está pendiente del estado de los "tocados" Pepe, Lass y Esteban Granero.
EFE
