Un pequeño oleoducto fue dinamitado hoy en una zona de la frontera
noreste de Colombia con Venezuela, un atentado atribuido por las
autoridades a guerrilleros de las Farc, informaron fuentes del sector petrolero
en la región.
El atentado se registró en la zona rural de El Tarra, población del
departamento limítrofe de Norte de Santander, y causó un derrame de
crudo, cuya dimensión no ha sido establecida, informó la compañía
Petróleos del Norte (Petronorte), propietaria de la línea.
El director técnico de Petronorte, Renzo Coronado, declaró a periodistas en
Cúcuta, la capital regional, que su empresa coordina con las fuerzas de
seguridad el ingreso en el área del sabotaje, para evaluar los daños y reparar
el tubo.
“No podemos señalar a nadie, pero si sabemos que fue un atentado, una
explosión“, agregó el portavoz de Petronorte, cuyo oleoducto sufrió el
año pasado media docena de sabotajes.
Sin embargo, los organismos de seguridad atribuyeron la acción a las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), guerrilla que mantiene desde el
pasado fin de semana una escalada de ataques en la región que han dejado tres
civiles muertos y dos policías heridos.
El Río Zulia-Ayacucho, nombre del oleoducto saboteado, tiene 180
kilómetros de longitud y transporta crudo de campos de la Empresa Colombiana de
Petróleos (Ecopetrol, estatal) en Norte de Santander y hasta el
departamento vecino del Cesar, también fronterizo.
Familiares de secuestrados por las Farc exigen mayor celeridad la liberación de rehenes
Parientes de uniformados cautivos en poder de las Farc manifestaron que podrían retrasarse las anunciadas liberaciones de seis policías y militares debido a que el Ministerio de Defensa se ha mostrado en contra del uso de helicópteros de Brasil para el operativo de entrega de los retenidos.
“La cuestión aquí es generar confianza entre las partes y también garantizar
la vida de los que van a ir a recibir a los liberados. Por la seguridad de los
liberados para nosotros es muy importante la presencia de un país
garante como lo podría ser Brasil”, dijo a The Associated Press Marleny
Orjuela, presidente de la Asociación Colombiana de Familiares de Miembros de la
Fuerza Pública Retenidos y Liberados por Grupos Guerrilleros (Asfamipaz).
Agregó que “es importante que haya celeridad en este proceso… Son 12 y 13
años que llevan pudriéndose en la selva y yo llamo con mucho respeto la atención
del presidente Juan Manuel Santos a que permita la liberación de
nuestros seres queridos y en la misma forma que él garantice la
logística, como se hizo en la última liberación unilateral con el acompañamiento
de estos helicópteros del Brasil”.
El martes, durante una visita oficial a Brasil, el ministro de Defensa
colombiano Juan Carlos Pinzón dijo a reporteros que consideraba que
podían utilizarse naves colombianas en vez de brasileñas para
ir a la selva a recoger a los seis uniformados.
En pasadas liberaciones, y a pedido de las rebeldes Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (Farc) y de gestores de esas entregas como la
exsenadora Piedad Córdoba, dos helicópteros de la fuerza aérea brasileña y al
menos 22 de sus tripulantes fueron a la selva a recoger a uniformados y
policías entregados por los rebeldes de forma unilateral.
La participación brasileña fue demandada por los insurgentes como garantía de
seguridad luego de que a mediados de 2008 fueran rescatados 15 secuestrados en
un operativo del ejército colombiano y en el que se utilizó un helicóptero
pintado como si fuera de un organismo humanitario internacional.
Las Farc anunciaron a fines de diciembre que entregarían de forma
unilateral a seis uniformados, de los cuales identificaron sólo a tres,
todos con 12 años de cautiverio. Las identidades de los otros tres uniformados
no han sido divulgadas ni se ha dado una fecha exacta para esas entregas, que
generalmente demoran varias semanas entre el anuncio y la liberación.
Vía EFE y AP