Naturalmente existe un gran temor en cuanto al uso del monóxido de carbono ya que la inhalación del mismo en grandes cantidades puede ser llegar a ser mortal. Sin embargo, se ha demostrado que este gas letal posee notables propiedades que podrían salvar la vida de los fetos.
Investigadores de la Universidad Otto-von-Guericke en Alemania han demostrado como pequeñas dosis de monóxido de carbono pueden incrementar los vasos sanguíneos en la placenta y establecer el flujo de sangre en el cordón umbilical, dos factores cruciales para la salud de bebe. Tales problemas en el funcionamiento de la placenta y en el flujo sanguíneo podrían traer como consecuencia un aborto.
La asombrosa habilidad del monóxido de carbono consiste en la imitación de los efectos de la enzima llamada hemo oxigenasa 1, lo que promueve el crecimiento de los vasos sanguíneos en la placenta y el flujo de sangre del cordón umbilical.
Es importante resaltar que tanto el aborto espontáneo como la preeclampsia (aumento de la hipertensión), están asociadas con bajos niveles de la enzima hemo oxigenasa 1 en la placenta.
Por su parte los investigadores utilizaron monóxido de carbono en ratones con pequeños fetos enfermos que presentaban una condición conocida como restricción del crecimiento intrauterino. Posteriormente tras la aplicación del gas fue posible la restauración de la función placentaria y la prevención de la muerte fetal sin ningún efecto perjudicial.
La restricción del crecimiento intrauterino es una complicación grave del embarazo. Los bebés que sobreviven tienen un riesgo permanente de aumento de la hipertensión arterial, de enfermedades cardiovasculares y de enfermedades renales.
Así que, a pesar de los miedos acerca de los tratamientos con monóxido de carbono, los estudios demuestran que el mismo puede llegar a salvar las vidas de muchas madres en situación de riesgo.
Con información de dailymail.co.uk