Toda postura política tiene un precio, incluso el desplante de un peluquero indignado. Si no, que se lo digan a la gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, quien se encuentra ahora mismo en busca de alguien que le cuide el cabello.
Es que su peluquero habitual, Antonio Darden, le ha dicho: “Hasta aquí llegamos y no quiero verte más por el salón“, después que se enteró de que Martínez, como buena republicana, se opone al matrimonio gay.
“Esta semana sus asistentes me han llamado dos veces pidiendo un turno, pero yo he dicho que no, no la quiero ver por aquí jamás”, comentó Antonio a una televisión de Santa Fe.
Y Antonio no es un peluquero cualquiera, sino el dueño de “Antonio’s Hair Studio”, donde acude la crema y nata de la política de Nuevo México.
Antonio es gay, y se siente muy feliz con su pareja desde hace 15 años. Sin embargo, no ha podido casarse porque en Nuevo México los matrimonios gay todavía son ilegales. Y la gobernadora también se opone, además, a las uniones civiles entre personas del mismo sexo.
“Es su postura lo que me indigna, la forma como ella mira todo este asunto. La primera vez que (sus asistentes) me llamaron, les dije que no y expliqué las razones. Volvieron a llamar al día siguiente, a indagar si había cambiado mi opinión, y yo claro que no he cambiado. Espero no verla nunca más”, explicó Antonio.
Es más, “si no soy bueno para casarme, tampoco lo soy para arreglarle el cabello”.
Si esta actitud se extiende, y en este año de elecciones los políticos comienzan a perder votos por aparecer mal peinados en público, a lo mejor el asunto se resuelve rápido. Por lo pronto, la revista New York ha sentenciado en su página web: “Ha comenzado la revuelta de los peluqueros“.
Cn información de El Mundo
