Crecen los atajos para hacerse de dólares de manera informal
El cepo cambiario que instrumentó el Gobierno desde noviembre, alimentó el mercado del dólar informal, y la venta de billetes en este circuito es cada vez más sofisticada . Mientras sigue ampliándose la brecha que separa al llamado dólar “blue” de la cotización oficial (ya llega a 50 centavos), las cuevas aplican toda su creatividad para vender dólares y atrapar a los clientes que buscan esquivar los controles de la AFIP.
Por ejemplo, ya son varios los comercios que concretan “falsas ventas” con tarjetas de débito. En estos casos, el comprador obtiene una suma equivalente en dólares al monto que se debita de su cuenta. También surgió una nueva forma de fugar divisas: algunas casas de cambio, que también operan en Uruguay, venden dólares aquí a la cotización del “blue” y luego los entregan en una sucursal de Uruguay, cobrando una comisión por este tipo de transacciones que está fuera de la ley.
Las cuevas fueron evolucionando, mutando para esquivar los controles oficiales. Así, hay algunas que atienden en comercios que a simple vista no tienen nada de sospechosos. De hecho, cuentan con habilitación y se dedican a vender bienes de consumo, desde electrodomésticos hasta indumentaria. El mecanismo es el siguiente: el vendedor emite un ticket por una venta inexistente, y debita el pago de la misma de la cuenta del cliente (mediante el uso de un posnet y el plástico). Luego otorga al cliente la cantidad de dólares equivalente al monto en pesos debitado. La cotización a la que venden los billetes es la del dólar paralelo, que está en $ 4,90, contra $ 4,40 del oficial.
Claro que a diferencia de las compras de contado, en este tipo de transacciones hay un límite en el monto, que es el mismo que aplica cada banco para las compras diarias con débito. El tope máximo oscila entre los $ 1.000 y $ 2.000 por día y está asociado al saldo disponible en la cuenta del cliente, por lo que las ventas bajo esta modalidad no superan los US$ 400, lo que en la jerga se denomina “chiquitaje” .
Según los operadores de este mercado, este tipo de cuevas funciona no sólo en Buenos Aires si no también en las principales ciudades del país, como Rosario y Córdoba. Pero sólo se llega a ellas a por “recomendación”. “Generalmente son comercios que pertenecen a empresarios vinculados al sector financiero que ya tienen presencia en el mercado del dólar ‘blue’ y a sus clientes de confianza los derivan a esos comercios”, cuenta un operador.
Para los que necesitan comprar más cantidad de divisas, siguen ofreciéndose las ventas de contado y los deliveries , es decir el envío a domicilio. “Se llega también por recomendación. Se toma el pedido y se acuerda una fecha y hora de entrega en el lugar señalado. Cuando el vendedor entra al domicilio cambia los dólares y se lleva los pesos”, agrega.
Distinto es el caso de los que cuentan con una billetera más holgada. Para ellos el abanico de posibilidades para hacerse de divisas informalmente es más variado, y hasta incluye la posibilidad de sacarlas del país. Hay casas de cambio que venden dólares a clientes de manera informal y, en vez de entregarles los billetes en mano, le ofrecen la posibilidad de retirarlos en una sucursal en Uruguay. El costo de este servicio extra es del 4% del monto transaccionado.
Para enviar los dólares a las cuevas uruguayas, utilizan “mulas” (personas que trasladan los billetes a cambio de una comisión). “Se esconden los dólares entre la ropa y viajan en ferry. Los perros de la AFIP no llegan a detectarlos”, explican.