De acuerdo a un trabajo publicado por El Nuevo Herald, el gobierno del presidente Chávez asignó a las milicias el resguardo de las instalaciones eléctricas, por temor a acciones de saboteo y de desestabilización en los comicios del 7-O.
Según documentos obtenidos por el diario que pertenecen al Comando General de la Milicia Bolivariana, prevén que la oposición venezolana planifique acciones de sabotaje contra el sistema eléctrico como parte de un plan general de desestabilización que justificaría una invasión estadounidense al país, en lo que sería “un intento desesperado” por remover a Chávez del poder tras llegar a la conclusión que perderían las elecciones.
“Conociendo por métodos estadísticos que el triunfo electoral del presidente Chávez es irreversible (…) sectores opositores intentan perpetrar un sabotaje eléctrico para generar desestabilización y propiciar una intervención extranjera”, indicó el documento Análisis de Inteligencia Social. Caso: Sabotaje Eléctrico para la desestabilización Nacional, con fecha de julio del 2012.
El documento señala que uno de los ataques podría ser emprendido durante los comicios o el día siguiente, para “propiciar un proceso manual de sufragio y generar desestabilización” o realizarlo pocos días antes de las elecciones regionales el próximo mes de diciembre.
“Se presume una mejor organización, una mayor experiencia alcanzada por medio de ensayos y, sobre todo, un desesperado deseo de tomar el poder político y económico del país para lo cual se ha fortalecido la alianza entre la oposición política venezolana, el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, y algunas transnacionales que históricamente han protagonizado golpes de Estados de los países suramericanos”, sostuvo el documento.
El plan de sabotaje, “está organizado desde los Estados Unidos de Norteamérica con apoyo de la ultraderecha venezolana y empresas transnacionales, y con la ejecución técnica de especialistas de Corpoelec (empresa estatal que absorbió a todas las compañías eléctricas del país), activos y jubilados, quienes reciben su respaldo”, añadió.
Los empleados de Corpoelec no son leales a la revolución bolivariana, denominados como “personal anti-patriota”, que según los documentos serían los responsables de un incremento a partir del 2007 de una serie de interrupciones en el servicio eléctrico, que siguen afectando con frecuencia las principales ciudades del país.
Por: Antonio María Delgado
Con información de El Nuevo Herald