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lunes, 27 de agosto de 2012

La circuncisión: ¿Cortar o no cortar?


Stephen Box, al igual que la mayoría de los hombres estadounidenses, está circuncidado. Cuando nació su bebé, hace siete meses, tuvo que tomar la decisión de circuncidar o no a su hijo. No fue fácil. "Me daba cierta incomodidad pensar que sería diferente a mí", dice.

Box es parte de una generación en Estados Unidos para la cual este procedimiento es casi universal. Sin embargo, tras meditarlo extensamente, Box y su esposa decidieron no someter a su hijo a este procedimiento quirúrgico.

Ambos sentían que no podían hacerlo, a menos que encontrasen una buena razón. Y no la encontraron. "No había un argumento fuerte para hacerlo y había motivos de duda", recuerda Box.

Cambio de tendencia
En junio de este año una corte en Alemania determinó que la circuncisión era dañina para los menores y constituía una violación de los derechos del niño.

La decisión del tribunal fue interpretada por judíos y musulmanes en ese país europeo como un ataque a uno de los fundamentos de su religión, pero las críticas surgieron incluso del otro lado del Atlántico.

Editoriales y columnas de opinión en los principales diarios estadounidenses expresaron un nivel similar de indignación y 20 legisladores de la Cámara de Representantes enviaron una carta al embajador alemán en Washington expresando su "profunda preocupación".

A diferencia de Europa, donde la tasa de circuncisión es menor y suele estar confinada a la comunidad judía y musulmana, este procedimiento es uno de los más comunes en EE.UU.

El 75% de los adultos estadounidenses está circuncidado. Se producen más de un millón de estas intervenciones al año, es decir, una cada tres segundos.

Pero la tendencia está mermando debido a padres -como Stephen Box y su esposa- que deciden romper con la tradición, a lo que se suma un movimiento que aboga cada vez más por terminar con esta intervención.

Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), entre el 55 y el 57% de recién nacidos en EE.UU. son circuncidados en el hospital, y esta cifra cae un 1% al año.

Sin consentimiento del paciente
Durante años, la circuncisión fue vista como algo tan natural como la vacunación de los infantes, pero el punto de quiebre llegó en 1999 cuando nuevos manuales anunciaron que la habitual justificación médica para este procedimiento -menor riesgo de infecciones urinarias o de cáncer de pene- no era tan fuerte como para recomendar la habitual circuncisión de los recién nacidos o desalentarla.

Los padres, decían las nuevas reglas, eran los que tenían que decidir. "Uno está haciendo una intervención sobre un ser que no puede tomar la decisión por sí mismo, es una elección difícil tanto para los padres como para los médicos", dice el doctor Marvin Wang, codirector del departamento de recién nacidos del Hospital General de Massachusetts, que ha realizado cientos de circuncisiones.

Es, piensa, más una decisión "cultural" que médica, por eso son los padres los que tienen la última palabra, y él como médico solo menciona los pros y los contras.

Pero según Wang, la mayoría de los padres llegan con creencias fervientes y lo que el profesional dice hace muy poca diferencia.

Si optan por la circuncisión, él los invita observar el procedimiento y hace todo lo posible para reducir el dolor en el bebé, con una inyección de anestesia local.

Una de las razones más comunes para optar por ella es que el padre quiere que su hijo luzca como él, o teme que si el niño no es circuncidado sea objeto de las bromas de otros niños, explica Wang.

Él estima que en su hospital seis de 10 niños pasan por esta cirugía, una tasa un poco mayor al promedio nacional y que se ha mantenido estable en los 15 años que él ha trabajado allí.

Los números varían mucho a lo largo del país, con más del 80% circuncidado en estados como Nebraska, Iowa, Wisconsin y Kentucky, a cerca del 20% en la Costa Oeste.

Los niños primero
Una de las razones detrás del menor número de circuncisiones es el énfasis que se ha dado en el mundo a los derechos de los infantes, expuestos claramente en la Convención de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, que entró en vigencia en 1990.

El tribunal alemán justificó su fallo de junio en el marco de la defensa de estos derechos, así como un documento de la Asociación Real de Médicos de Holanda de 2010 que consideró a la circuncisión como un procedimiento que entra en conflicto "con el derecho de los niños a su autonomía y a su integridad física".

En Noruega, el ombudsman de los derechos infantiles ha recomendado a judíos y musulmanes que opten por un ritual simbólico, en lugar del procedimiento quirúrgico, y algunos legisladores han planteado que solo se pueda realizar esta intervención a mayores de 18 años.

En EE.UU., que no ha ratificado la Convención de la ONU, el movimiento anticircuncisión ha "florecido" en los últimos años, según Steven Svoboda, fundador y director ejecutivo de Abogados por los Derechos del Niño, organización basada en California.

Este grupo ha persuadido a 18 estados del país a que ofrezcan la circuncisión dentro de Medicaid, el programa de salud que cubre los gastos médicos de los pobres.

"Esto es muy significativo, estamos logrando como resultado que cientos de miles de niños no sean circuncidados", dijo Svoboda.

Aquellos que se oponen dicen que la intervención no es necesaria en términos médicos, pero algunos incluso dicen que puede afectar la experiencia sexual en el futuro.

"No se trata de un trozo inútil de piel. Es una de las partes más sensibles, sexualmente hablando, del cuerpo del hombre, con miles de terminales nerviosas", opinó Lauren Jecks, fundadora y presidente de The Whole Network, uno de los grupos que hace campaña en contra de la circuncisión.

El factor VIH
Pero en contra de la tendencia en Europa y de la oposición de algunos grupos a nivel interno, la influyente Academia de Pediatras de Estados Unidos está a punto de publicar su nuevo manual indicando que la justificación médica de la circuncisión se ha vuelto más sólida.

"La información sobre sus posibles perjuicios no ha cambiado mucho, pero la información sobre sus beneficios sí", señaló el doctor Dourglas Diekema, que ayudó con el borrador de este documento.

Esta información vincula la circuncisión con una menor tasa de infección con VIH en hombres heterosexuales. Con estos mismos datos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) está alentando este procedimiento como parte de su estrategia para reducir el contagio de SIDA en África.

Pero cómo han podido los pediatras estadounidenses llegar a conclusiones tan distintas a las de su contraparte holandesa, que considera "poco clara" la relación entre circuncisión y VIH, y creen que se puede postergar este procedimiento hasta una edad donde el riesgo de contraer SIDA es más elevado y el joven puede decidir por sí mismo.

Diekema reconoce que este tema es un campo minado: "Sinceramente, con esta clase de procedimientos, siempre habrá un componente muy alto de valores en juego".

Brian Earp, un investigador estadounidense del Centro para Ética Práctica de Uehiro de la Universidad de Oxford, concluye que no siempre los debates en la Ciencia son absolutamente sobre Ciencia.

"Nosotros pensamos que los científicos son gente muy objetiva, pero los científicos siguen siendo gente".

BBC