El ministro alemán de Economía, el liberal Philipp Rösler, considera que Alemania no se encuentra en peligro de recesión y ha rechazado los últimos pronósticos en ese sentido de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica (OCDE).
"La economía alemana demuestra ser robusta y resistente", afirma Rösler en el último informe de su ministerio sobre la coyuntura del país hecho público hoy en Berlín.
Añade que "pese a un entorno económico mundial difícil y las tendencias recesivas de la zona del euro, (la economía alemana) sigue creciendo, si bien con una dinámica apreciablemente mas amortiguada".
El informe del ministerio de Economía cuenta con que el desarrollo económico del país se mantenga estable en la segunda mitad de este año, aunque "no hay motivos para abandonar la alarma. Los riesgos a la baja de la coyuntura se mantienen y siguen siendo apreciables".
Añade que esto se debe fundamentalmente a la crisis de confianza que se deriva de la situación de la zona del euro, a la que hay que hacer frente con una política de consolidación orientada hacia el crecimiento y una creíble política de reformas.
Por ese motivo considera que "las compras de deuda en el mercado secundario como las anunciadas por el BCE solo pueden ser como mucho transitorias y en situaciones de agudización de la crisis servir para asegurar el suministro de dinero a las economías".
"Subvenciones permanentes para los intereses (de la deuda soberana) para determinados países no son aceptables", señala el estudio ministerial.
"La economía alemana demuestra ser robusta y resistente", afirma Rösler en el último informe de su ministerio sobre la coyuntura del país hecho público hoy en Berlín.
Añade que "pese a un entorno económico mundial difícil y las tendencias recesivas de la zona del euro, (la economía alemana) sigue creciendo, si bien con una dinámica apreciablemente mas amortiguada".
El informe del ministerio de Economía cuenta con que el desarrollo económico del país se mantenga estable en la segunda mitad de este año, aunque "no hay motivos para abandonar la alarma. Los riesgos a la baja de la coyuntura se mantienen y siguen siendo apreciables".
Añade que esto se debe fundamentalmente a la crisis de confianza que se deriva de la situación de la zona del euro, a la que hay que hacer frente con una política de consolidación orientada hacia el crecimiento y una creíble política de reformas.
Por ese motivo considera que "las compras de deuda en el mercado secundario como las anunciadas por el BCE solo pueden ser como mucho transitorias y en situaciones de agudización de la crisis servir para asegurar el suministro de dinero a las economías".
"Subvenciones permanentes para los intereses (de la deuda soberana) para determinados países no son aceptables", señala el estudio ministerial.