Reuters).- Aparentemente nada anormal. Unos jugadores de fútbol se entrenan en su campo. Pertenecen a un club griego de categoría amateur. La sorpresa llega cuando se presta atención a la equipación. Camiseta rosa con un patrocinio muy peculiar.
Un famoso prostíbulo de la ciudad. El presidente del club se vio abocado a esta solución. Durante un tiempo patrocinó al equipo con su propio negocio, hasta que ya no fue posible.
“Este año las cosas se han puesto muy difíciles económicamente y la crisis ha golpeado a la segunda división”, dijo Yannis Batziolas, Presidente del club Voukefalas Larissa.
El club necesita al menos 10.000 euros al año para gastos de mantenimiento. Y esta mujer, la propietaria de los prostíbulos, fue su única benefactora. Algo que no gusta a la Liga griega, que ha prohibido que utilicen la camiseta rosa en los partidos oficiales.
“Que prohíban las camisetas. Yo ayudaré al equipo”, dice Chryssoula Alevridou, propietaria del prostíbulo.
Y ya lo está haciendo. Porque la venta de entradas para los partidos ha aumentado. No precisamente por pasión futbolística. Y es que los aficionados esperan obtener descuentos en los prostíbulos. Una moda de patrocinio que se extiende a otros equipos. Este local de alterne es uno de los seis sponsors del Iraklis FC.
“Nos prometió noches de placer y entretenimiento aquí, con las chicas, con bebidas incluidas”, dijo por su parte Christos Megas, capitán del equipo. Y es que en tiempos de crisis, todo vale