El ministro francés de Interior, Manuel Valls, anunció hoy el aplazamiento sin fecha de la obligación de llevar un alcoholímetro en el coche, ante la polémica sobre la fiabilidad de los que hay en el mercado.
Valls, que presentaba a la prensa las cifras de la siniestralidad en carretera durante 2012, señaló que antes de tomar una decisión espera el resultado del grupo de trabajo sobre el alcohol al volante que se ha constituido en el Consejo Nacional de la Seguridad Vial.
El pasado mes de octubre, el Gobierno ya había retrasado hasta marzo de 2013 la imposición de sanciones a los conductores que no lleven un alcoholímetro, ante los problemas de aprovisionamiento por las decenas de millones de unidades necesarios y la fuerte subida de precios para algunos por el pico de demanda.
Desde entonces, asociaciones de automovilistas y expertos habían cuestionado la fiabilidad de algunos modelos, sobre la base de diversos estudios.
El dispositivo reglamentario sancionador, cuya aplicación ahora ha quedado congelada, preveía multas de once euros a los conductores de coches, furgonetas, camiones e incluso motos a partir de 125 centímetros cúbicos que circulen en Francia (también los extranjeros) y que carezcan de alcoholímetro.
Según los responsables de la seguridad vial, en Francia el 30 % de las muertes en carretera se deben al alcohol.
El pasado año murieron en Francia 3.645 personas en accidentes de tráfico, 318 menos que en 2011, lo que significa la cifra más baja desde que se crearon esas estadísticas en 1948.
La reducción de la mortalidad en las carreteras se debió en particular a una caída de la siniestralidad de los motoristas, con un 14,5 % de muertos menos.EFE