El politólogo y profesor universitario, Carlos Romero, asegura que la situación del país "está muy movida" y es difícil analizar algunos acontecimientos, pero hay que destacar que luego del fallecimiento del presidente Chávez, "Venezuela no se paralizó, las cosas han seguido su rumbo".
En este sentido señala que no se ha podido lograr un consenso en torno a temas fundamentales como la economía, la inseguridad, las relaciones internacionales y eso tiene que ver con el modelo de gestión, el llamado socialismo del siglo XXI, porque "se basa en la exclusión y en exacerbar el papel de un Estado que se ha mostrado ineficiente".
Dijo también que el oficialismo está propiciando una profundizacion de la polarizacion, cuando más bien es importante lograr consenso sobre ciertas politicas para evitar mayores contratiempos en la situación venezolana.
El politólogo piensa que en el gobierno "hay una dirección política que dejo Chávez que trata de seguir con ese modelo, y aunque no creo que haya una armonía total entre quienes están a cargo de la gestión, tampoco creo que existan los desacuerdos tan importantes de los que se habla".
"Estamos en una transición, todavía hay muchas personas en el oficialismo que sienten la ausencia de Chávez, el gobierno no ha logrado madurar, no ha logrado ubicarse y está lleno de las tentaciones autoritarias que ya se venían viendo", indicó.
Según Romero "hay un divorcio entre una sociedad venezolana que reclama un consenso y un gobierno que a veces tiene actitudes de exclusión mas fuertes que el propio presidente Chávez".
Insistió en que el gobierno tendrá que reconocer que hay grandes problemas nacionales que se tienen que enfrentar "junto con el sector privado y con la oposición para beneficio de todos los venezolanos".
"Hay un país que se expresó el 14 de abril, que está representado por Henrique Capriles, por la MUD y hasta ahora nadie ha escuchado a esa parte del país", explicó.
Romero sugiere que la oposición debe concentrarse en asumir una posición crítica ante la gestión gubernamental, que según él, "es muy mala", desde 1999.
Aunque considera que es difícil pronosticar estima que hacia el futuro se agrava la situación económica, aumenta el crimen y la inseguridad, no se vislumbra un entendimiento nacional y la situación política se está enrumbando hacia las elecciones de diciembre con mucha fuerza.
