Nota de prensa).- Un asombroso hecho ocurrió la tarde de este miércoles en Puerto Ordaz, cuando un sujeto que presuntamente atracó una tienda de celulares en el Centro Cívico a las 12 y 30 minutos del medio día, fue hallado horas después pidiendo auxilio atrapado en una alcantarilla.
El hombre al parecer asaltó con un arma de fuego el comercio y al salir con lo robado, fue avistado por una comisión de Patrulleros de Caroní que le dio la voz de alto, pero él emprendió la huida.
Los policías municipales pidieron apoyo, y se sumaron a la persecución agentes de la Policía del Estado Bolívar (PEB). Sin embargo, pese al despliegue el supuesto atracador desapareció de repente y no lograron hallarlo.
A las cinco de la tarde, vecinos del Campo de Ferrominera, específicamente de la posada ubicada detrás del Colegio Nazaret adyacente al Hotel Rasil, escucharon gritos desesperados que salían de una alcantarilla situada en la calle, y al asomarse vieron a un joven con medio cuerpo atrapado en el barro que pedía ayuda.
Inmediatamente notificaron la emergencia, y acudieron al sitio comisiones del Cuerpo de Bomberos de Caroní y también de la policía, estos últimos al llegar descubrieron que se trataba del mismo hampón que se les había escapado a medio día.
Difícil rescate
El presunto atracador se encontraba deshidratado y respiraba con gran dificultaddebido a los malos olores que emanaban del estrecho espacio de la alcantarilla por el que logró asomarse, pero una gruesa reja soldada al pavimento le impidió llegar a la superficie.
Los Bomberos de Caroní tuvieron que ingeniárselas, pues carecen de equipos de oxicorte, winches o mototrozadoras para rescatar de forma rápida a una persona que sufra una situación como esta. Lo liberaron usando una quijada de la vida (herramienta hidráulica separadora utilizada principalmente en accidentes de tránsito), hachas y barras metálicas, materiales con los que tras hora y media de trabajo pudieron forzar la alcantarilla.
Al romper el grueso metal, un bombero bajó a donde estaba el hombre, y removió el barro que aprisionaba parte de su cuerpo hasta lograr liberarlo, para después con ayuda de funcionarios de la Guardia Nacional, subirlo a la superficie.
Una vez arriba, el supuesto delincuente ya sin fuerzas y acostado en el suelo recibió los primeros auxilios por parte de los paramédicos bomberiles, quienes acompañados por guardias nacionales lo subieron a la única ambulancia que poseen para llevarlo a un centro hospitalario.
Los militares ingresaron a la alcantarilla para buscar los objetos robados de la tienda de celulares y el arma de fuego que portaba el ladrón, pero solo encontraron algunos teléfonos llenos de barro.
Bomberos en problemas
Mientras los bomberos hacían grandes esfuerzos y ponían a prueba su ingenio para salvarle la vida al hombre atrapado en la alcantarilla, se incendió un autobús que iba subiendo la avenida Las Américas hacia Alta Vista y otro vehículo frente a la Torre Alférez del mismo sector.
Como la unidad que estaba en el rescate es la única contra incendios con la que cuentan en todo Puerto Ordaz, los funcionarios se dividieron, tres se mantuvieron auxiliando al hombre y los demás abordaron el camión y se fueron a combatir uno por uno, ambos siniestros.
La escasez de equipos de esta institución de atención ciudadana quedó en evidencia, no solo por la falta de herramientas de rescate, sino porque todos los presentes pudieron notar como además, los bomberos deben hacer milagros para cubrir dos o tres emergencias si estas se presentan al mismo tiempo.
Testigos comentaron que si hubiese caído un aguacero, el sujeto habría muerto ahogado, pues la alcantarilla está casi completamente obstruida y el lento rescate que permitieron los equipos disponibles, no habría logrado liberarlo antes de que el agua lo tapara por completo.
Asimismo, los vecinos de las casas ubicadas frente al sitio del suceso, pidieron a las autoridades reparar la reja de la alcantarilla que los bomberos tuvieron que romper para realizar el rescate, pues cualquier vehículo o transeúnte podría caer en ese hueco.
Por Carlos Jesús Gómez