Un científico renunció a su trabajo en la Universidad Estatal de Iowa de Ciencia y Tecnología al descubrirse que mintió al haber falsificado una vacuna contra el sida.
El Dr. Dong-Pyou Han había fingido que la sangre de conejo puede ser transformada en una vacuna para curar el virus. Y no solo eso, planteó que el suero de este animal puede generar los anticuerpos necesarios.
Según el diario "The New York Post", había añadido a las muestras sangre humana en perfecto estado. Han y a su equipo recibió subvenciones por un valor de 19 millones de dólares.
Las sospechas empezaron a surgir cuando otros especialistas no pudieron obtener los mismos resultados que los investigadores de Iowa. El Instituto de Salud descubrió la estafa cuando analizó la sustancia en un laboratorio y descubrió en el suero de conejo anticuerpos humanos.
AGENCIA