Al menos 34 miembros del Estado Islámico de Irak y de Siria, vinculado con Al Qaeda, han sido ejecutados en los últimos días por combatientes de otras brigadas rebeldes en la zona de Yabal Zauiya, en la provincia septentrional de Idleb, informó hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La organización, que cita a fuentes médicas y humanitarias, señaló que la mayoría de los extremistas muertos son de nacionalidad extranjera, sin dar más detalles.
Desde el viernes pasado, se han recrudecido los choques en el norte de Siria entre el Estado Islámico y otros grupos insurgentes.
En Al Raqa, los combates, en los que se emplean armas pesadas, se han concentrado en los alrededores del edificio del Gobierno provincial, donde el Estado Islámico había instalado su sede central en la zona, bastión de los yihadistas.
En esta ciudad, los radicales se enfrentan a miembros de otras facciones islamistas, entre las que se encuentra el Frente al Nusra, también leal a Al Qaeda.
Mientras, en Tel Abiad, el Estado Islámico se opone desde el amanecer a milicianos kurdos en las afueras de esta población, donde los rebeldes han conseguido liberar a doce kurdos que habían sido secuestrados por los extremistas.
Ayer, el portavoz del Ejército Libre Sirio (ELS), coronel Qasem Saadedin, dijo a Efe por internet que la ofensiva contra los yihadistas venía gestándose desde hacía tiempo y que los choques iniciados el viernes pasado no han surgido de forma espontánea.
"El Estado Islámico ha traspasado todas las líneas rojas torturando, violando y secuestrando al pueblo sirio", explicó el portavoz insurgente.
Saadedin afirmó que la operación se lleva a cabo en cooperación con el Frente Islámico, la mayor alianza islamista rebelde en Siria, y que su objetivo es expulsar al Estado Islámico del territorio sirio.
EFE