Las autoridades chinas informaron hoy de otra muerte a causa de la nueva cepa H7N9 de la gripe aviar y de tres nuevos contagios, incluidos dos niños, lo que eleva el número de fallecimientos a 22 en lo que va de año.
La última víctima mortal es un hombre de 82 años de la ciudad de Foshan, situada en la provincia sureña de Cantón, quien falleció después de que fallara el tratamiento médico que estaba recibiendo, dijeron hoy las autoridades sanitarias en un comunicado.
Así mismo, confirmaron que dos menores, un niño de 6 años de Shenzhen (sur) y otro de 5 de Zhaoqing (Cantón), se han contagiado, si bien ambos están en condición estable.
El tercer caso es un hombre de 38 años de la ciudad de Yongzhou, en la provincia central de Hunan (lo que eleva a dos el número de contagiados en esa región), cuya situación también está bajo control.
Todos los que han estado en contacto cercano con los contagiados han sido examinados de H7N9 y han dado negativo.
Con los nuevos casos, la cepa ha matado a 22 personas en lo que va de año, y el número de contagios es incierto, si bien se estima oscila entre los 100 y los 120, según las fuentes.
La Comisión Nacional de Salud y Planificación Familiar ordenó la pasada semana que se cerraran todos los mercados de aves vivas en todo lugar donde se detecten casos de H7N9.
Esto ya ha ocurrido en 15 ciudades de Zhejiang, en Shanghái, la segunda ciudad más poblada del país, Shenzhen y Hangzhou.
La compra y el sacrificio casero de aves vivas para el consumo es habitual incluso en las grandes ciudades del país, donde durante siglos, además, el pollo ha sido un plato habitual en las cenas de celebración del Año Nuevo Lunar chino, que este año se celebra durante una semana desde ayer, viernes.
Durante estas fechas se espera que haya este año en China unos 3.400 millones de desplazamientos, lo que inquieta a las autoridades, ante la habitual costumbre de algunos viajeros de llevar aves vivas a su lugar natal, en trenes y autobuses invariablemente atestados en estos días.